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EE.UU.
Los encerraron por "mandato divino"

La pareja acusada de encadenar a sus trece hijos en Perris, California, tuvo tantos vástagos “por mandato divino”.

Jueves 18 Enero 2018 | 04:00

David y Louise Turpin fueron acusados de mantener a sus trece hijos, que tienen edades de entre 2 y 29 años, encerrados en una casa en condiciones insalubres.

Los padres de David Turpin dijeron a ABC News que ellos están “completamente sorprendidos y en shock” por las acusaciones en contra de su hijo y de su nuera.
James y Betty Turpin, quienes viven en Virginia Occidental, dijeron que David y Louise creían haber tenido tantos hijos por “mandato de Dios”.
Recibían una “muy estricta educación en casa”, y tenían que memorizarse largos pasajes de la Biblia, según dijeron los abuelos. 
Mientras que David y Louise seguían los preceptos de la fe pentecostal, no contaban con una iglesia en el área donde vivían, y los padres de David no conocían a ninguna de las amistades de la pareja.
La última vez que los abuelos visitaron California, hace unos cuatro o cinco años, ellos creyeron que los niños estaban algo delgados, pero daban la apariencia de ser una “familia feliz”, indicaron.
Según ellos, David Turpin era un ingeniero en sistemas computacionales que se graduó de Virginia Tech y había trabajado anteriormente para General Dynamics, en Texas.
“Todos se vestían igual cuando salían, así era más fácil lidiar con los chicos”, defendió la madre de David Allen, Betty Turpin, en entrevista para CNN.
De acuerdo con el testimonio de la abuela, la pareja siempre se mostró “muy protectora” con los hijos.
Pero la imagen ofrecida por Betty Turpin, y aparentemente respaldada por esas fotos familiares, distaba mucho de una realidad que acabó llevando a una de las hijas del matrimonio a escapar por una ventana y a contactar con la Policía para denunciar el sufrimiento de sus doce hermanos.
 
> prisión. A la espera de que se aclaren los hechos, David Allen (57 años) y Louise Anna (49) aguardan en prisión, con una fianza de nueve millones de dólares cada uno, a que las autoridades presenten cargos por tortura y por poner en riesgo a sus hijos.
“Honestamente puedo decir que estoy completamente devastado ante este acto de crueldad. No puedo ni empezar a imaginarme el dolor y sufrimiento que han tenido que soportar”, expresó el alcalde de Perris (California), Michael Vargas.
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