En su intervención  aseguró que las urnas, el pasado 1 de octubre, fijaron un recorrido que él está “dispuesto a transitar”.

Luego propuso dejar en suspenso la declaración de independencia para que “en las próximas semanas” se emprenda un diálogo e instó al Gobierno español a aceptar una mediación.

Ello, explicó, en un intento de “desescalar la tensión” con el Estado español, al que pidió un gesto de generosidad y responsabilidad.

La primera reacción del Ejecutivo español fue restar validez a una “no declaración de independencia” como la anunciada ayer por Puigdemont, que además, según el ministro de Justicia, Rafael Catalá, se suspende.

Catalá también  dijo que no se puede dar por válido un pronunciamiento que parte de una ley, la del referéndum aprobada el 6 de septiembre por el Parlamento catalán, suspendida por el Tribunal Constitucional y de una consulta “con un recuento irregular”.

Según el líder catalán, su Ejecutivo celebrará una sesión ordinaria para declarar la independencia e iniciar un proceso constituyente.

Discurso. En su discurso y hablando en español, Puigdemont afirmó que no tiene nada contra España, pero apuntó que la relación es “insostenible” después de años de lo que consideró agravios por parte de las autoridades españolas.

Entre ellos mencionó lo que consideró “menosprecio” a la lengua y la cultura catalana, la falta de inversiones y la decisión del Tribunal Constitucional en el 2010 de recortar el Estatut (norma básica en Cataluña) que había sido aprobado en consulta popular unos años antes.

Recordó que durante mucho tiempo ha reclamado un referéndum de independencia, pero se ha encontrado con “una negativa radical y absoluta” del Gobierno español.

Críticas. La oposición en pleno criticó el planteamiento de Puigdemont, que calificó de “golpe a la democracia”, y le acusó de representar “el peor nacionalismo” que ha existido en Europa.

“Una minoría no se puede imponer a una mayoría”, dijo el líder socialista catalán, Miquel Iceta, al considerar que los resultados del referéndum del 1 de octubre solo representan a un 38 % de la población de Cataluña.

Por su parte, el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, rechazó “la idea de una mediación internacional” en el “conflicto de Cataluña”.

Voceros del Gobierno español anunciaron que el presidente Mariano Rajoy convocó a su Consejo de Ministros para tomar medidas sobre Cataluña.