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Terremoto 16-A
Sobreviviente habló por teléfono con rescatista: "No sigan con la maquinaria”

A Carlos Cevallos, teniente de la Unidad de Rescate y Emergencias Médicas de la CTE, el 18 de abril le marcó la vida.

Jueves 28 Abril 2016 | 08:30

Ese día, él junto a varios compañeros de la CTE (Comisión de Tránsito del Ecuador) y rescatistas colombianos lograron sacar con vida de entre los escombros a Pablo Córdova, un portovejense de 51 años que trabajaba como administrador del hotel El Gato.

Según menciona Cevallos, su labor en la provincia empezó el domingo a las 05h00. Desde ese momento trabajaron con maquinaria y equipos para intentar rescatar con vida a quienes la estructura del hotel dejó sepultados, tras caer durante el terremoto de 7,8 grados, del 16A.
“Mientras trabajábamos en las labores de rescate nos informaron que el administrador se encontraba en el hotel y que dos personas estaban comprando en la farmacia de la planta baja, por eso no descartamos nunca la posibilidad de encontrar a alguien con vida”, relata Cevallos.
El rescatista destaca que por esa razón continuaron con más esmero realizando su labor. “Fue el día lunes que la hermana de Pablo, Carmelina, que estaba durmiendo cerca del hotel, nos indicó que su hermano se había comunicado con la esposa y decía estar vivo dentro de los escombros”, añade Cevallos.
Él confiesa que en un principio se mostró incrédulo, pues muchas veces hay gente que asegura que su familiar está vivo para generar presión sobre los rescatistas, sin embargo para descartar que sea un engaño decidió pedir el número telefónico de Pablo a la mujer. La respuesta le hizo dudar aún más. “Me dijo que no lo tenía, entonces pensé: es mentira. Sin embargo ella dijo: Lo tiene la esposa y la llamó para pedírselo”, relata. 
En ese instante marcó el número desde su celular y recibió una respuesta. Era cierto, Pablo estaba bajo los escombros. “Me dijo: por favor no sigan con la maquinaria, ya los escucho más fuerte. Ahí le pregunté si se orientaba por donde estaba y con mucha calma respondió que estaba 25 metros hacia adentro y nueve metros hacia la calle Olmedo”, indica Cevallos.

Perros. Lo siguiente fue ayudarse con canes de Argentina y Venezuela. Según dice Cevallos, los perros reconfirmaban el lugar donde Pablo decía estar, pero querían estar más seguros para que al mover placas de cemento él no se viera afectado. Fue ahí cuando entró la ayuda de rescatistas extranjeros. “Nuestros compañeros de Colombia con un radar revisaron el lugar donde estaba. Cuando logramos verlo, le pasamos una botella de agua y hablamos con él. Nos dijo que no le pongamos el equipo de estabilización, que quería caminar. Por eso salió con las manos abiertas y los puños hacia arriba”, menciona Cevallos.
El rescatista se siente realmente sorprendido de la fortaleza que tuvo Pablo. 
“Nos dio información de cuántas personas posiblemente estaban y nos contó cómo sobrevivió con la ayuda del poder mental y mojando sus labios con orine”, dice. 
Sin embargo, no todo fue alentador durante esta búsqueda. “Encontramos personas muertas y eso te llena de impotencia, sin embargo las familias nos agradecieron por la labor y eso es una recompensa”, manifiesta Cevallos.
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