Mientras el país se sumerge en un caos económico, un creciente número de productos no sólo están, metafóricamente, fuera del alcance de los consumidores promedio, sino que literalmente no pueden adquirirse en bolívares venezolanos.
Empresas e individuos ahora compran y venden en dólares, incluso cuando más alta suena la estridente retórica antinorteamericana del gobierno socialista.
Se trata de un cambio que permite que algunas partes de la economía avancen con esfuerzo, haciendo frente a una crisis de liquidez y de la inflación más alta del mundo. Pero podría poner algunos bienes fuera del alcance de la clase trabajadora.
CAMBIO. El indicio más reciente del surgimiento de este sistema de doble moneda llegó hace unos días, cuando Ford logró un acuerdo para vender camionetas y vehículos todoterreno sólo en dólares. Pocas semanas antes, American Airlines anunció que había dejado de recibir bolívares para cualquiera de sus 19 vuelos semanales que parten de Venezuela. Los clientes ahora deben utilizar una tarjeta de crédito extranjera para comprar los boletos en línea. Lo que impulsó el cambio fue la devaluación del bolívar, que perdió más de la mitad de su valor este año, al caer a 400 por dólar en el mercado libre, mientras los venezolanos se apresuran a convertir sus ahorros a una moneda más estable.