Además de los fallecidos, el derrumbe, que se produjo tras una fuerte deflagración, provocó cuatro heridos graves y once de menor importancia.

El edificio de cuatro plantas, situado junto a la estación de ferrocarriles de Rosny-sous-Bois, en las afueras del este de París, se derrumbó a primera hora de la mañana de ayer, después de que se escuchara una potente explosión.

El ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, se trasladó inmediatamente al lugar de los hechos y, aunque afirmó que hay que ser prudentes a la hora de determinar las causas del siniestro, adelantó que lo más probable es que se debiera a un escape de gas.

La justicia ha abierto una investigación para determinar los motivos del siniestro, que ha sido encargada a la Fiscalía de Bobigny.