Las organizaciones estudiantiles y de profesores convocaron a la marcha para que las reformas que el Gobierno ya ha ingresado al Congreso, que ponen fin al lucro, a la selección de alumnos y al copago por parte de los padres en los colegios subvencionados, no sean mediatizadas por negociaciones entre los distintos sectores políticos.
"Los proyectos de ley pueden ser letra muerta si no hay voluntad política", afirmó Melissa Sepúlveda, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech).
"Queremos demostrar que somos muchos más los que queremos cambios en la educación", agregó Naschla Aburman, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc).
Portando lienzos que llamaban a una "educación pública y no de mercado", la columna de manifestantes avanzó de forma pacífica por la Alameda, la principal avenida de Santiago, hasta pasar frente al palacio de Gobierno, La Moneda.
Los organizadores de la marcha, la quinta de este año, estimaron la cantidad de participantes en unos 80.000, mientras que la Policía dijo que no superaban los 25.000.
Como ya es habitual en este tipo de movilizaciones, al final se registraron algunos incidentes entre jóvenes encapuchados y los carabineros.
Los dirigentes estudiantiles, por su parte, señalaron que intensificarán sus movilizaciones callejeras, para evitar que el contenido de sus demandas se distorsione.
"Aquí lo importante es que el Gobierno entienda que los acuerdos (...) en que se apoya la reforma educacional en ningún caso puedan ser con las minorías que han impulsado este sistema de segregación, de mercado, sino que debe ser con el movimiento social", dijo Ricardo Paredes, portavoz de la Coordinadora Nacional Secundaria (Cones).