El tren, donde los cadáveres se encuentran a una temperatura de cero grados, recibió esta mañana el visto bueno de tres forenses llegados de Holanda, los primeros expertos extranjeros en examinar su estado de conservación.
Los médicos holandeses abrieron los vagones estacionados en la localidad de Torez para examinar los cuerpos en presencia de la misión de la OSCE en Ucrania, encabezada por el suizo Alex Hug.
Tras varias horas de negociaciones, los insurgentes prorrusos, en cuyo poder supuestamente figuran las cajas negras del aparato, dieron el beneplácito para el traslado de los cuerpos abandonados en tierra de nadie durante cuatro largos días.
Los cuerpos desnudos y cubiertos de hollín no fueron recogidos hasta 48 horas después de la catástrofe, cuando fueron introducidos en camiones y refrigerados en un tren en una vetusta estación.
"Los trabajos de búsqueda de los cuerpos han terminado. Se puede constatar que se han encontrado 282 cuerpos y 87 fragmentos que pertenecen a 16 cadáveres", señaló el viceprimer ministro ucraniano Vladímir Groisman, responsable de la investigación de la catástrofe.
En Járkov serán recibidos por una treintena de expertos, en su mayoría de Holanda -193 víctimas eran de esa nacionalidad- y Malasia, país al que pertenecía el Boeing-777 accidentado frente a la aldea de Grabovo.
Precisamente, dos aviones, uno con siete especialistas holandeses y depósitos especiales para cadáveres, y otro con expertos malasios aterrizaron hoy en Járkov.
Seguidamente, se procederá a su examen, tras lo que serán repatriados, aunque cabe la posibilidad de que algunos familiares puedan viajar a Járkov para identificarlos personalmente.