Además del aumento de los asesinatos, en el primer día de la huelga policial la mayoría de los autobuses municipales no circuló por la carencia de seguridad, numerosos locales comerciales cerraron sus puertas y se registraron algunos saqueos en supermercados y robos masivos en las playas, según la secretaría regional de Seguridad Pública.
Los agentes de la Policía Militarizada de Bahía, estado del que Salvador es capital, se declararon en huelga en la noche del martes para reclamar aumentos salariales, que fueron rechazados por el gobierno regional porque "sobrepasan el límite presupuestario del estado".
Para garantizar el orden público, el Gobierno federal de Brasil envió a Salvador unos 5.000 militares de los diferentes cuerpos de las Fuerzas Armadas, así como de la Fuerza Nacional de Seguridad, que permanecerán en el estado de Bahía mientras los agentes policiales mantengan su huelga.
A través de su cuenta en Twitter, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó el envío de las tropas para "dar apoyo a la seguridad pública y garantizar la paz" en todo el estado de Bahía.
Asimismo, señaló que "es inadmisible que la seguridad de la población bahiana esté en riesgo" y transmitió su apoyo al gobernador del estado, su correligionario Jaques Wagner.
Mediante una autorización especial de Rousseff, los soldados podrán realizar labores de patrullaje, arrestos y otras funciones policiales.
La huelga se enfrenta también a una decisión firme del Tribunal de Justicia de Bahía, que la declaró ilegal y ordenó que todos los efectivos retomen "de manera inmediata" sus actividades para garantizar la seguridad.