Los disturbios comenzaron en la estación del Metro de Ceilandia, después de que varios miembros del sindicato que organiza la huelga le impidieron circular a uno de los pocos trenes que permanecían en servicio pese a la paralización, motivada por demandas salariales.

Según la Policía Militar, varios de los pasajeros arremetieron contra el propio tren y las cabinas de venta de billetes, para luego bloquear el tránsito en la avenida Hélio Prates, frente a la estación, y apedrear varios autobuses que transitaban por el lugar.

Los manifestantes también protestaron por la mala calidad del servicio de autobuses, que en las últimas semanas ha llevado a cientos de personas a las calles de otras ciudades cercanas a la capital brasileña para demandar una mejor atención.

Las personas detenidas prestaron declaración y fueron dejadas en libertad, aunque serán acusadas de desacato y resistencia a la autoridad, así como de daños al patrimonio público, según la Policía Militar.

La directora del sindicato de empleados del Metro, Tania Viana, dijo a periodistas que la decisión de impedir la circulación de los trenes se tomó después de que la empresa concesionaria del servicio apeló a conductores sin experiencia para dirigir los trenes.

"Quieren impedir la huelga y quieren hacerlo poniendo en peligro a los pasajeros", apuntó la dirigente sindical.

La Compañía Metropolitano, concesionaria del Metro de Brasilia, no se pronunció sobre el asunto pero ratificó que su intención es garantizar "al máximo" el servicio.

El sindicato de empleados del Metro inició la huelga hace seis días y reclama un aumento salarial del 10 por ciento, una reducción de la jornada de trabajo de ocho a seis horas por día y mejoras en los sistemas de ascensos y jubilaciones.