“Todas las estructuras funcionaron como corresponde. Hubo información inmediata y oportuna para poder tomar las decisiones que correspondían”, declaró la presidenta Michelle Bachelet en la ciudad de Iquique, a 1.857 kilómetros al norte de la capital, hacia donde se trasladó a primera hora de este miércoles.
Las autoridades han informado hasta ahora de la muerte de seis personas por aplastamiento, caídas o infartos y de daños en unas 2.500 viviendas en la localidad de Alto Hospicio, cercana a la ciudad de Iquique.
Reacción. “Los organismos institucionales, tanto de la Intendencia como del Ejército, han operado con mucha solidez y rapidez en esta emergencia”, informó el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, tras arribar horas antes que Bachelet a Iquique, la zona afectada.
Algo muy distinto a lo acontecido en el terremoto de febrero de 2010, de una magnitud de 8,8 y que golpeó al centro sur de Chile, cuando Bachelet concluía su primer mandato.
En esa ocasión se criticó duramente a la mandataria porque no se alertó oportunamente a la población sobre el tsunami que sucedió al sismo, lo que costó la vida a 156 personas -20 de ellas desaparecidas- de un total de 526 víctimas mortales que dejó el cataclismo.