Las víctimas del accidente de tren de Castelldefels (noreste español) tenían entre 17 y 40 años y podrían ser todos latinoamericanos que se desplazaban desde la cercana Barcelona a la playa para asistir a una fiesta latina, dijo hoy la consejera de Justicia de la región de Cataluña, Montserrat Tura.
Hasta el momento los equipos forenses ya han identificado a nueve de las trece víctimas mortales del atropello ferroviario, de los que cinco son ecuatorianos, dos bolivianos y dos colombianos.
Tura explicó que los forenses han confirmado que la cifra oficial de fallecidos se eleva a trece, al encontrar restos de una nueva víctima.
En un primer momento, se pensó que eran doce las personas fallecidas en el atropello del tren, pero los forenses apuntaron anoche que podrían ser trece, cifra que finalmente hoy se confirmó.
La identificación de la víctima número trece, precisó la consejera regional, "costará mucho" y es probable que se tarde días y sean necesarias pruebas de ADN.
Además de los nueve fallecidos ya identificados, de los que ocho son hombres y uno mujer, los forenses tienen bastante "bien orientados" los trabajos para determinar la filiación de otros tres.
Tura indicó que los datos de las nueve identificaciones realizadas se han trasladado al juez de Gavà (en Barcelona) que instruye la causa por el atropello del tren.
Una vez el juez analice los datos de identificación y ratifique que son correctos, será cuando se notifique a los familiares de forma oficial las identidades, indicó.
Fuentes de la Asociación Rumiñahui Hispano Ecuatoriana informaron hoy de que una de las fallecidas es Rosa María Vivar Arboleda, de 19 años y natural de Balzar, en la provincia ecuatoriana de Guayas.
Los dos colombianos fallecidos son John Mauricio Osorio, de 33 años, y Jorge Eliécer Serrano, de 37, según informó ayer el vicecónsul de Colombia en Barcelona, Ramón Jaller.
Las víctimas tenían entre 17 y 40 años y podrían ser todos latinos que se desplazaban desde Barcelona a las playas de Castelldefels para asistir a una fiesta latina, informó Tura.
De hecho, ya es tradición entre los jóvenes latinoamericanos desde hace unos años acudir la noche de San Juan a celebrar la verbena en locales de música y ambiente latino cercanos a las playas de Castelldefels o en la arena, al borde del mar, explicaron ayer varios amigos de algunas de las víctimas.