En los saludos que dirige en varios idiomas tras el tradicional rezo dominical del Angelus, el Papa encomendó sus oraciones a las víctimas de los accidentes de tráfico, a los heridos y a sus familiares.
"Invito a quienes recorren las carreteras del mundo a la prudencia, en el espíritu de la responsabilidad por el don de la salud de la propia vida y de los demás", exhortó Benedicto XVI.
"El Señor proteja y bendiga a todos los que viajan", concluyó el Pontífice.