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La administración de la vacuna contra la fiebre aftosa es necesaria para garantizar la buena calidad de la carne que se consume y procesa en Ecuador, al igual que para asegurar la supervivencia del ganado.

Esta actividad, que se realiza dos veces al año,  es un procedimiento obligado en un país que tiene en la ganadería y el procesamiento de lácteos y cárnicos parte de las actividades a fortalecer.

Manabí es la provincia con el mayor número de cabezas de ganado en el país.  Por ello, sus autoridades y gremios agropecuarios deben insistir en que no se retrase la jornada de vacunación, para evitar que la fiebre aftosa retorne a los hatos.

“Autoridades y gremios deben insistir en que la vacunación del ganado se mantenga como acción prioritaria”.

El Ministerio de Agricultura debe hacer las gestiones para que se sitúe el presupuesto suficiente para esta tarea. No vaya a ser que un brote de aftosa deje sin efecto el trabajo de prevención que ha tomado décadas tanto a los ganaderos como a los técnicos.

En esta época de restricciones económicas,  mantener la salud de los hatos ganaderos debe ser una acción urgente. Hay que conservar la producción agropecuaria y la sanidad animal.