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Los tres robos perpetrados en los últimos meses contra bodegas de la Policía Nacional hacen necesario que se apliquen medidas de control más exhaustivas, pero también una explicación efectiva de los altos mandos.

En febrero, una treintena de hombres disfrazados de policías irrumpió en las bodegas de policiales en Quito y se llevó objetos almacenados en ese lugar.

La falta de controles hizo que los uniformados a cargo del sitio confiaran en el falso uniforme.

En abril ocurrió algo similar en la provincia de Napo, solo que esta vez lo que se llevaron fue 2,8 toneladas de cocaína que estaba almacenada para su destrucción.

“Debe investigarse para conocer si hay nexos con la corrupción en los primeros casos”.

El fin de semana anterior se denunció la desaparición de 150 armas en desuso del cuartel Modelo de Guayaquil.

Si se hubieran aplicado los necesarios protocolos de control, no habría ocurrido ninguno de los tres casos. Pero también debe investigarse para identificar posibles casos de corrupción vinculados, al menos, con los dos primeros casos.

Por insólito que parezca, a la misma Policía le han robado tres veces este año y todavía no hay responsables. Es una muestra de lo inseguro que está el país y, también, una mala señal de desorganización en las fuerzas del orden.

Editorial de El Diario publicado este martes 17 de mayo del 2022 en nuestra edición impresa.