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El Presidente de la República debería vetar la Ley de Comunicación, como ha anunciado, para evitar el amordazamiento contra los medios y la sociedad.

La ley que aprobó la Asamblea Nacional es severamente restrictiva, incluso más que la anterior. Vulnera derechos de los ciudadanos al castigar la opinión y la libre difusión de la información.

Y al hacerlo, atenta también contra los medios y la sociedad, pues establece mecanismos que rompen principios fundamentales como la libertad de expresión y de información.

Debería promoverse la autorregulación y el respeto a los principios deontológicos de cada medio. La coerción y la vulneración de los derechos individuales y colectivos no son, precisamente, el mejor camino cuando, como se arguye, se pretende encaminar a la sociedad hacia el respeto.

“Debería promoverse la autorregulación y el respeto a los principios deontológicos”

El Estado no puede regular ni controlar la opinión de las personas, mucho menos criminalizarla, cuando a escala internacional la tendencia es hacia la despenalización de los llamados delitos de imprenta, de la injuria y de la calumnia.

Si el régimen respeta, como dice, la libertad de expresión, debe vetar la ley aprobada; de lo contrario, expondrá a la sociedad al retorno de una ley excesivamente restrictiva y silenciadora.

Editorial de El Diario publicado este domingo 7 agosto del 2022 en nuestra edición impresa.