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La Justicia ecuatoriana está determinando en una serie de casos y fallos, que políticos que estuvieron en el poder durante el correísmo usaron el sistema judicial, los organismos de control, la fuerza pública, los medios públicos y los recursos del Estado para perseguir ciudadanos y destruir honras.

Una vez que el correísmo salió del poder y poco a poco la Justicia va perdiendo las presiones políticas del pasado, se están ventilando casos, en los que, según los fallos, se montaron pruebas de forma abusiva y poco éticas para procesar a opositores de quienes estaban en el poder.

Expolicías vinculados al caso 30S están ganando recursos legales; Galo Lara y Carolina Llanos, fueron declarados inocentes; Fernando Balda ganó un juicio por un secuestro que fue orquestado desde altas esferas del Gobierno, según sustentó su defensa.

“Es sano para el país que se revisen y aclaren estos casos”.

Incluso un periodista y los accionistas de diario El Universo,  ganaron un recurso internacional de derechos humanos por un juicio que el propio exmandatario montó, empujó y ganó en Ecuador.

En las próximas horas, se dará a conocer si la sentencia en contra de Diego Vallejo se revisa. Ahora se detalla un complot y sembrado de pruebas para encarcelar al exmilitar que, luego de alejarse del correísmo, denunció  irregularidades.

Es sano que estos temas se aclaren, pero no es suficiente con dictar la inocencia de los perjudicados; se debe castigar de forma ejemplar a quienes aplastaron a los ciudadanos abusando de sus puestos y a los jueces que lo permitieron con su accionar.

Editorial de El Diario publicado este viernes 14 de enero del 2022 en nuestra edición impresa.