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El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional ha pedido que se aplace el censo nacional para el próximo año, tomando en cuenta los problemas sanitarios que se han derivado de los contagios del coronavirus, y es prudente que así se haga.
Un censo de población y vivienda demanda la aplicación de un operativo nacional, tanto en preparativos como en ejecución, lo que, a su vez, exige el uso de fondos públicos que bien podrían destinarse a atender otros frentes, como el de la salud.
Las condiciones sanitarias no son las ideales. Para el censo, se tienen que movilizar los encuestadores, e ir de casa en casa, con el consiguiente riesgo de contagio, tanto para ellos como las personas que los atienden.
Un censo es una actualización de indicadores sociales y económicos, sobre los que se deben tomar medidas y fundamentar la planificación de las políticas de desarrollo; sin embargo, existen otros indicadores que pueden tomarse de referencia.
Es necesario indicar, también, que en muchos países no se hace este tipo de trabajos, pues la automatización hace que todos los indicadores estén al día y al alcance de todos. Es preciso que el país avance en este sentido para evitar semejante gasto de recursos cada década.