Compártelo con tus amigos:

En todo proyecto que involucre un conflicto entre la naturaleza y el desarrollo económico, debe buscarse un equilibrio para que las decisiones que se tomen tengan el menor impacto posible.

A propósito de la decisión del Gobierno de proponer la creación de una nueva área de reserva marina a cambio de la remisión de una parte de la deuda externa, es de esperar que se haya analizado bien el impacto para ciertos sectores, como la industria pesquera.

Si se desmejoran las condiciones de la industria y se ponen en riesgo empleos y ventas, hay que considerar opciones.
Por otro lado, el aumento de la reserva marina demandará mayores recursos económicos y humanos para su vigilancia y control, lo cual, hasta ahora, con menos extensión, se ha cumplido a medias.

“Si se desmejoran las condiciones de la industria pesquera, habría que considerar opciones”.

El cuidado de la naturaleza es importante, pero hay que tener en cuenta, también, que hay otros países a los que no les interesa y, como ha ocurrido cíclicamente, escogen justamente las zonas cercanas a las áreas protegidas para explotar en forma indiscriminada los recursos pesqueros.

Habrá que estar vigilantes del plan de manejo que se elabora y de los efectos de esta decisión en la economía, especialmente en localidades que tienen en la pesca un filón fuerte de su economía, como ocurre con Manta.

Editorial de El Diario publicado este jueves 4 de noviembre del 2021 en nuestra edición impresa.