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Durante las últimas semanas se han dado múltiples hechos que afectan el trabajo de los periodistas en Ecuador, la mayoría producto de la irresponsabilidad y el odio que sembró el gobierno dirigido por el presidente Rafael Correa y que sigue promoviendo él como expresidente entre sus seguidores.

Quienes públicamente fomenten, promuevan e inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquél, cometen delito de odio, y eso es lo que está sucediendo contra quienes cumplen un trabajo dentro de los medios de comunicación. Si bien no tiene relación con una raza, religión o preferencia sexual, sí tiene que ver con su actividad.

Solo durante el último paro, se registraron 182 agresiones que llegaron, en la mayoría de los casos, luego de escucharse la frase: “prensa corrupta”.
Los perjudicados fueron miembros de medios tradicionales, comunitarios, estudiantes de periodismo, camarógrafos, fotógrafos, que fueron agredidos sólo por el motivo de trabajar en un medio de comunicación.

“Esto no sólo afecta a los periodistas, afecta a la sociedad”.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos sostiene que el ejercicio periodístico sólo puede efectuarse libremente cuando las personas que lo realizan no son víctimas de hostigamiento o agresiones físicas, psíquicas o morales. Y sostiene que acciones de violencia contra quienes trabajan en la prensa afectan la dimensión colectiva del derecho al acceso a la información.

Editorial de El Diario publicado este lunes 4 de julio del 2022 en nuestra edición impresa.