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El asesinato del periodista Gerardo Delgado, ocurrido ayer en el cantón Montecristi, ratifica la situación de inseguridad que envuelve al país, pero también constituye un atentado contra la libertad de expresión.

Es necesario que se investigue a fondo, no solo este sino todos los asesinatos que se han perpetrado en la provincia, que en menos de ocho meses que han transcurrido este año supera en más del 30 por ciento la cifra de crímenes que se cometieron en todo el 2021.

Pero también hay que destacar que la muerte del periodista es un preocupante golpe contra la libertad de expresión. Cuando asesinan a un comunicador también se golpea a la democracia. Por eso los asesinatos de periodistas demandan una atención especial por parte del Estado.

“Asesinar a un periodista es atentar contra la democracia”.

Las autoridades deben investigar este hecho de sangre a profundidad, pues provisionalmente podría tratarse de una represalia por la actividad profesional de la víctima.

Hace pocas semanas se reportó el crimen de un generador de contenidos digitales que también había incursionado en la reportería en vivo, en Portoviejo.

Preocupan los niveles de inseguridad a los que ha llegado el país. Hay que poner coto a este peligroso síntoma de deterioro social.

Editorial de El Diario publicado este jueves 11 agosto del 2022 en nuestra edición impresa.