Es nuevo en la política. Su candidatura está apoyada por el Movimiento Justicia Social, lista 11.

Nació en Ibarra (Imbabura) el 24 de julio de 1962. En su tierra natal estudió en la escuela de los Hermanos Cristianos. 

Por los estudios de sus hermanos mayores la familia tuvo que trasladarse a Quito en donde él continuó con su preparación secundaria en el colegio San Andrés.

Tiene un título de Ingeniero Electromecánico de la Escuela Politécnica Nacional.

En Quito conoció a su esposa, una santodomingueña de padres lojanos, y fue así como llegó a tierra tsáchila.

“La conocí y me fui vinculando a los procesos agrícolas desde 1987”, explica.

Es padre de dos hijos.

Desde que llegó a Santo Domingo vive en el recinto San Andrés de la parroquia Luz de América.

Ha hecho cursos de Administración de Empresas y Economía Política.

Es floricultor y exportador. Fue el pionero en el cultivo de flores y follajes tropicales en Ecuador.

“Fui uno de los primeros cultivadores en el país. A los 25 años ya tenía formada una empresa de exportación”, señala.

Con la crisis mundial del 2009 tuvo que cambiar de actividad debido a que sus compradores le pagaban cantidades “que no podía aceptar”.

Actualmente se ha unido con productores de Latacunga y Cayambe que usan sus follajes para armar arreglos florales.

En el 2010 se vio obligado a hacer una reconversión agrícola que lo hizo dar el salto al valor agregado. 

Desde entonces su trabajo se desarrolla en la industria alimentaria. Encabeza Tsachi Smart Food, una empresa que comercializa frutas liofilizadas (proceso de deshidratación). 

Sus productos se comercializan en una línea de farmacias.  

 

Sus propuestas. Chiriboga sostiene que la provincia tiene un gran potencial en los fitofármacos por la gran experiencia de los tsáchilas.

Traerá equipamiento para maquinaria para limpiar las cunetas de las vías.

Dice que verá en qué condiciones está el contrato de arrendamiento del edificio Santo Domingo Plaza, donde funciona el Gobierno Provincial, con miras a construir un edificio propio. 

“Hay que ser prácticos, sin tantos aspavientos y tanta inversión se puede llegar a tener cosas funcionales”, agrega.

El candidato a prefecto cree que la parte fundamental que debe ser mejorada en el campo es la postcosecha.

“Queremos transformar la cultura del pequeño agricultor. Lo preocupante es el nivel de analfabetismo y este es uno de los frenos”, señala.

Chiriboga dice que ha representado a la provincia en ferias internacionales y quiere usar su experiencia para mejorar la realidad del campesinado.

Considera que se debe impulsar la creación de puentes de mercado de comercio justo.

Asegura que su candidatura se debe a la elaboración de diagnóstico a la realidad del campo de la provincia 23.

Por ello plantea la primera transformación de la provincia con una visión a 30 años.

 

El ver que las políticas públicas a nivel agropecuario no se hacen entendiendo la diversidad de los territorios.  

Las decisiones se toman desde Quito, tras un escritorio se manda la señal y todos tenemos que absorver eso. He confrontado ese sistema y sostengo que Santo Domingo de los Tsáchilas tiene diferentes pisos climáticos y diferentes potencialidades. 

Por eso planteamos la primera transformación de la provincia con una visión hasta el 2050.

 

Mi propuesta está basada en los 17 objetivos de desarrollo sustentable que plantea la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El primer punto será levantar un sistema de información clave para la provincia.

Esta es una herramienta para planificar el futuro de cada territorio. 

Dentro de esto estamos planteando el nuevo modelo inclusivo y regenerativo.

 

Con esta herramienta, con la que el agricultor va a trabajar de la mano con los jóvenes, quienes deben ser parte de la renovación de la población rural.

El finquero va a sentir con claridad el apoyo de la prefectura cuando tenga información que le permitirá hacer muchas cosas. 

Es un nuevo modelo de desarrollo regenerativo e inclusivo rural que articula todo lo que sucede en el recinto. Hay que medir el potencial en producción de Santo Domingo.

 

El tema es que no hay un ente que regule y que tenga las estadísticas de cuánta leche se produce en Santo Domingo. Hay cifras alejadas de la realidad. 

Vamos a levantar la información para saber cuántos litros de leche produce, cuántas cabezas de cerdos y de ganado vacuno hay. Esa es información clave para tomar decisiones y, una vez que se la tenga, puedo plantear estrategias como un centro de faenamiento como el que se está creando en mancomunidad. 

 

El trabajo tiene que ser articulado y no con una visión de poner multas.

No solo es la industria la que contamina, el quehacer humano también lo hace.

El eje transversal es más educación, arte, cultura, deporte y aprender a alimentarse de tal manera que vamos a tener conciencia ecológica en la primera transformación de la provincia. 

Nuestro modelo nos va a permitir trabajar en los recintos con las cuencas hídricas. 

 

En eso voy a lo práctico: si están los proyectos avanzados hay que darle viabilidad para que sigan su proceso.

En el tema de los caminos de segundo orden haremos la mejor inversión para que esos caminos estén transitables en invierno y en verano.

Las mismas carreteras asfaltadas están sin mantenimiento. La vegetación empieza a crecer.  

 

Santo Domingo por ningún lado puede hacerse cargo de esos 28 kilómetros.

Yo haría un acercamiento concreto con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas para devolverle esa competencia.

El Gobierno tiene que darle la prioridad. Si tuviera más de 50 kilómetros yo la tomo con todo gusto.

Hay que tener la capacidad de convocar a la gente para ejercer la presión necesaria para que esa carretera se amplíe a los cuatro carriles.

 

Hidalgo e Hidalgo y (la prefectura) Pichincha son los que han administrado la vía.

Como usuario constante de la carretera he visto que esta empresa ha hecho un buen mantenimiento en la parte de Santo Domingo. Pero desde el año 2014, que se cae el precio del petróleo, se deja de invertir, como es normal.

Ahí está la capacidad de las autoridades para decirles a Pichincha y a Hidalgo e Hidalgo que retomen las obras.