El locro quiteño.

Sí, pero no soy experto en la cocina (risas). 

Todo, tuve una suerte fantástica. 

Siempre me ha dicho que tengo unos ojos bellísimos (risas).

Todas las chicas guapas, sin excepción. 

Yo me despierto a las 06h00 y estoy durmiendo religiosamente a las 23h00. Trato de que en la campaña mantengamos esos tiempos. Ese horario es un hábito, puede ser por ejemplo que el domingo no me levante, pero a las 06h00 estoy con un libro. 

Soy buenísimo, si no ¿cómo hubiese sido alcalde de Quito? (risas). Me gusta bailar la cumbia.

Me gusta una frase de Eloy Alfaro y no por estar aquí en Manabí: “El momento más oscuro es el más cercano a la aurora”.

El whisky con hielo y coca cola. 

Lo tomo de vez en cuando, muy poco tomo. 

A los 15 años.

Siempre he sido coqueto, hasta ahora. Es que ser coqueto es bonito. Es lindo ser alegre, coqueto y reírse. 

Siempre. 

Ignacio de Veintimilla, llamado por Juan Montalvo el presidente de los ‘siete pecados capitales’. 

Yo estaba en cuarto grado y vivíamos en Riobamba (yo soy nacido en Quito pero de padres riobambeños), nos fugamos con un compañero y nos trepamos de polizones a un tren para irnos a Quito, entonces llegamos a Ambato, y como no teníamos dinero, lavamos platos y comimos algo. De ahí al siguiente día nos aburrimos de andar de polizones y en tren llegamos a Latacunga, pero ahí había un operativo en el que nos estaban buscando y nos agarraron y nos llevaron. Mi mamá era tan linda que me metió una paliza, pero lloraba y me daba. 

Me ha gustado siempre la historia, hasta ahora soy miembro de la Academia de Historia y lo que detestaba era dibujo técnico, porque en nuestros tiempos era con plumilla y tinta. ¡Qué dificultad! Una mancha y tenía que repetir. 

Ecuador, pero si hablamos de afuera, Israel. Ahí viví un año y es mi respeto. Me agradó el espíritu de ese pueblo, la voluntad de superarse.

La India, es un mundo también mágico que he estudiado y que hay que conocer. 

Si me pongo a contar, por lo menos unos 25.  

Yo creo que he sido un padre cariñoso y ahora usted ve por los resultados, porque ya ellos todos son mayores y son hipercariñosos e hiperpegados conmigo. Tuvimos una buena relación de hogar, muy estable, una mujer preciosa que tengo, fuera de serie, unos hijos muy buenos, entonces no hemos tenido nunca un problema que nos distancie. 

Tengo cuatro hijos, tres hombres y una mujer. 

Soy malo y nunca cuento chistes. 

Me encanta estar reunido con la familia, me encanta conversar. Ese es un síntoma de que ellos (hijos) tuvieron una juventud y niñez feliz. Porque hoy ya tengo los yernos, las nueras y siempre que estamos conversando, se acuerdan de la infancia, porque hemos vivido en distintos lugares, como militar que soy.  

Cómo me va a gustar Rosendo... 

Porque era mi abuelo. Paco es un nombre bien difícil, pero que se ha adaptado bien conmigo y yo me llevo bien con mi nombre. Mi abuela había leído una novela en la que el protagonista se llamaba ‘Paquito José’ y a mi papá le puso ese nombre. Entonces cuando mi papá era guagua (niño), su nombre Paquito José era bonito, pero ya cuando creció tuvo que cambiarse a Paco. A mí me pusieron el nombre de mi papá y abuelo, mi abuelo era Rosendo, que era un nombre sexy en esa época. A mi primer hijo no le quise poner Paco, sino que lo llamé Diego Francisco, pero él sí a mi nieto le puso Paco (risas). 

El Chavo del 8. Porque es el héroe antihéroe y mucha de la heroicidad real está en esos seres humanos sencillos.

Militar.

Lo que soy también, que es doctor en ciencias internacionales.  

Soy muy bueno, de lo mejor. Cuando era subteniente era arquero, cuando era general era centrodelantero, dueño de la pelota y no perdía un partido.  

‘El Nacho’ (El Nacional). 

Sí, cómo no ha de haber por ahí otra galaxia, otro planeta donde haya vida. 

Católico. 

Escribir, porque tengo ocho libros. 

Farrear.

Como he estado y como he vivido me siento bien, creo que Dios me ha bendecido ricamente. 

Tuve un accidente y me fracturé la columna. Tengo tres vértebras soldadas en el cuello, soy un caso excepcional por no haber quedado cuadripléjico o haber muerto. Era jefe del equipo de gimnasia rítmica del Colegio Militar y cuando estaba dando un ejemplo de un ejercicio se me zafó una argolla y caí. 

No, soy un empleado del país toda la vida.

OTROS DATOS CARGOS:

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