Según el astronauta ecuatoriano, radioaficionados han captado "una porción muy pequeña de la señal total de Pegaso" en Japón, Alemania, Australia y Estados Unidos.
Para él esto es normal pues es la "primera vez en el mundo" que un nanosatélite transmite vídeo como es el caso de Pegaso, un cubo de 10 por 10 centímetros, un peso de 1,2 kilogramos y un ancho de banda de 25 megaciclos.
"Estamos avanzando en una nueva frontera", apuntó Nader quien se declaró "feliz" porque se ha comprobado que el Pegaso está en órbita nominal, ha desplegado sus paneles solares y antenas.
"Están súper, súper juntitos entonces no podemos apuntarlos con toda la precisión que necesitamos para poder tener toda la señal", explicó.
Añadió que "posiblemente" a mediados de mayo emitirían por Internet en buena calidad la señal de vídeo que manda Pegaso.
"Estamos esperando que la gravedad haga su trabajo y lentamente los satélites empiecen a separase, lo cual tiene que ocurrir porque el satélite argentino es dos veces más masivo que el Pegaso, y el turco, tres veces. Según las leyes de la física, Pegaso debería empezar a alejarse de ellos, ahorita se están tapando", dijo.
En la elaboración del Pegaso, que tardó en construirse un año, y su gemelo, llamado Krysaor, que se lanzará en agosto próximo desde Rusia y cuya elaboración tomó unos dos meses, Exa y la empresa privada invirtieron 80.000 dólares.
De su lado, el Estado ecuatoriano aportó con alrededor de 700.000 dólares para el lanzamiento, seguros, logística y pruebas de certificación de ambos satélites.