Durante mucho tiempo, Kalimba ha permanecido en la memoria colectiva del público gracias a su voz inconfundible y su constante participación en la industria musical. Sin embargo, pocos conocen que sus sueños de niño no giraban en torno a luces ni escenarios, sino al césped de un estadio.
En una entrevista reciente con el periodista Javier Paniagua, el intérprete reveló un aspecto poco conocido de su vida: su acercamiento a la música no surgió de una pasión temprana, sino de una necesidad. “Yo no soñé con estar aquí, yo no esperaba nada, yo soy cantante por una necesidad financiera, esa es la realidad”, confesó con el artista causando gran asombro.
El divorcio de sus padres afectó los sueños de Kalimba
Fanático de los Pumas de la UNAM, Kalimba creció con la ilusión de defender los colores del equipo en la Liga MX. Su rutina diaria giraba en torno al futbol, no a los estudios de grabación. Sin embargo, la separación de sus padres modificó profundamente su entorno familiar y económico. Este cambio afectó sus planes y lo llevó a reconsiderar su futuro.
Fue entonces cuando, casi por accidente, apareció una posibilidad que no pudo ignorar. Contaba con experiencia en agrupaciones infantiles y ese pasado artístico llamó la atención de Sony Music, que le ofreció un contrato formal. Más allá del glamour, Kalimba vio en ese acuerdo una forma de apoyar a su madre y a sus hermanos. “Después de que mis papás se divorciaron, yo quería jugar futbol y cuando me ofrecieron cantar Sony Music me dio un buen cheque y dije ‘Esto puede ayudar a mi mamá, esto puede ayudar a mi familia’”, recordó la estrella.
Valora el giro que lo llevó a abrazar la música
Aunque el deporte siguió siendo parte de su vida, Kalimba con el tiempo descubrió que el escenario también podía convertirse en un lugar donde sentirse pleno. “Después descubrí que aquí es donde me quería quedar, ya no me quería regresar al deporte”, expresó la estrella musical.
Hoy, el compositor valora profundamente aquel giro inesperado que lo llevó a abrazar la música. Aunque su carrera inició por obligación, terminó encontrando en ella su propósito.