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El volcán de Fuego de Guatemala terminó este martes con una erupción de 26 horas sin causar víctimas mortales, aunque alrededor de 400 personas fueron evacuadas el lunes como medida de prevención.

El estatal Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) explicó en un comunicado de prensa que el coloso experimentó en las últimas horas un descenso progresivo de su erupción, aunque aclaró que aún permanece ceniza en el ambiente y el olor a azufre.

Ello, aseguró, se traduce en una actividad efusiva baja, lo que permite que la extrusión de material magmático disminuya de forma drástica.

Los sonidos que emite el volcán son similares a las turbinas de avión y los sismos disminuyeron, por lo que estos cambios “sugieren la finalización de la actividad eruptiva del volcán de Fuego, la cual tuvo una duración de 26 horas”, precisó el Insivumeh.

Ubicado a 60 kilómetros al sur de la capital guatemalteca, entre los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, el coloso es el más activo de los 32 volcanes que tiene Guatemala.

La del lunes y el fin de semana fue la segunda erupción del año para el volcán, de acuerdo con la misma fuente.

El Insivumeh explicó que los sensores sísmicos y acústicos confirman que la actividad que persiste en el cráter son explosiones y retumbos débiles que aún generan algunas avalanchas hacia algunas barrancas.

Sin embargo, el ente científico no descarta que se generen nuevos flujos de lava que puedan afectar otras barrancas, así como explosiones violentas cargadas de ceniza y avalanchas por parte del volcán, cuyo pico localiza a 3.763 metros sobre el nivel del mar.

Debido a la erupción del cono, el lunes las autoridades de protección civil evacuaron como medida de prevención a más de 400 personas de tres poblados asentados en las faldas del volcán, de acuerdo con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).

El volcán de Fuego, que se considera como el más activo de Centroamérica, está en constante actividad en Guatemala y en su última violenta erupción, el 3 de junio de 2018, provocó 431 muertos y desaparecidos y una gran destrucción en sus alrededores. EFE