Un equipo clínico del NYU Langone Health (Estados Unidos) logró transferir riñones de cerdos a un hombre en muerte cerebral.
Los órganos procedían de animales que habían sido modificados genéticamente para prevenir el rechazo por parte del sistema inmune del paciente, que tenía enfermedad renal.
Los riñones trasplantados eran funcionales (podían fabricar orina y depurar creatinina) los siete días después de la operación.
Así lo explican los investigadores en un artículo publicado en la revista científica ‘JAMA Surgery’.
Hasta 32 días después, sigue funcionando bien en este hombre de 57 años, declarado muerto por criterios neurológicos y mantenido con un corazón latiente con asistencia respiratoria.
Se trata del periodo más largo en el que un riñón de cerdo modificado genéticamente ha funcionado en un ser humano. Se trata del último paso hacia el advenimiento de un suministro alternativo y sostenible de órganos para trasplante.
En cualquier caso, la observación está en curso y el estudio continuará hasta mediados de septiembre de 2023.
“Este trabajo demuestra que un riñón de cerdo, con una sola modificación genética y sin medicamentos ni dispositivos experimentales, puede sustituir la función de un riñón humano durante al menos 32 días sin ser rechazado”, detalló Robert Montgomery, líder de la investigación.
Trasplante a paciente con muerte cerebral
Este doctor ya había realizado el primer trasplante de riñón de cerdo genéticamente modificado del mundo en un humano el 25 de septiembre de 2021. Seguido de un segundo procedimiento similar el 22 de noviembre de 2021.
Estos cirujanos ya realizaron dos trasplantes de corazón de cerdo genéticamente modificado en 2022.
El primer obstáculo que hay que superar en los xenotrasplantes (trasplantes de órganos de animales a personas) es evitar el llamado rechazo hiperagudo, que suele producirse pocos minutos después de que un órgano animal se conecte al sistema circulatorio humano.
En los cinco xenotrasplantes realizados en el NYU Langone se ha evitado el rechazo inmediato eliminando el gen que codifica la biomolécula alfa-gal, responsable del rápido rechazo de los órganos porcinos mediado por anticuerpos.