Compártelo con tus amigos:

Miles de manifestantes se congregaron en el icónico Monumento a la Democracia, en el centro histórico de la capital tailandesa, e instalaron varios buzones en los que animaron a los ciudadanos tailandeses a introducir sus quejas y peticiones al monarca, tras lo cual marcharon hacia la Oficina de la Casa Real con la intención de entregarlas.

La protesta, organizada a través de las redes sociales por el Movimiento del Pueblo y la plataforma Free Youth, se ha desarrollado de manera pacífica, a pesar de que había inquietud ante la posibilidad de enfrentamientos con un pequeño grupo de monárquicos que se congregó en las inmediaciones.

La reforma de la monarquía es la demanda más audaz de los estudiantes que lideran las protestas en el país asiático, al tiempo que exigen la dimisión del mandatario, Prayut Chan-ocha, y la redacción de una nueva Constitución.

Los manifestantes acusan al primer ministro, líder del golpe de Estado de 2014, de haber sido elegido en 2019 tras unas elecciones poco transparentes y justas.

También critican que la Constitución, redactada bajo la anterior junta militar, contiene aspectos poco democráticos como un Senado elegido a dedo.

La reforma de la monarquía es el punto más controvertido debido a la devoción que parte de los tailandeses tienen por la institución y a la ley de lesa majestad, que castiga con hasta 15 años de cárcel a quien critique a la casa real.

Las demandas también buscan reducir el poder de los militares, que han tomado el poder en 13 golpes de Estado desde el fin de la monarquía absoluta en 1932.

Los estudiantes piden que el rey se abstenga de ratificar ningún golpe de Estado, ya que el reverenciado Bhumibol Adulyadej, padre del actual monarca y que reinó entre 1946 hasta su fallecimiento en 2016, rubricó varios de ellos durante su reinado, entre ellos el liderado por Prayut hace seis años o el anterior, en 2006.

Su hijo, el rey Vajiralongkorn pasa la mayor parte de su tiempo en Alemania y carece del carisma y el respeto que suscitaba su padre y su ausencia del país, así como su opulento tren de vida en las montañas de Baviera, han generado críticas durante la pandemia de Covid-19, que está golpeando duramente la economía tailandesa. EFE