El rapero estadounidense Sean ‘Diddy’ Combs fue sentenciado a 4 años y dos meses de prisión por los delitos de transporte con fines de prostitución. La decisión fue emitida por el juez Arun Subramanian en la Corte Federal de Distrito de Manhattan, tras un juicio que captó la atención mediática durante meses.
Los fiscales federales habían solicitado 11 años y tres meses de cárcel, argumentando que Combs era “impenitente” y que sus víctimas vivían con miedo a represalias. La defensa, en cambio, pidió 14 meses equivalentes al tiempo que ya había cumplido desde su arresto en septiembre de 2024.
Culpable de dos cargos, absuelto de los más graves
En julio pasado, luego de un juicio de ocho semanas, un jurado absolvió a Combs de los cargos más graves que se le imputaban —tráfico sexual y conspiración para cometer extorsión—, pero lo halló culpable de transporte con fines de prostitución. Con este veredicto, se cierra uno de los capítulos más oscuros de la vida del empresario musical.
El arrepentimiento público de Sean ‘Diddy’ Combs
Horas antes de escuchar su sentencia, Combs envió una carta al juez pidiendo clemencia y reconociendo su responsabilidad. “Ante todo, quiero disculparme y decir lo sinceramente arrepentido que estoy por todo el dolor y sufrimiento que causé a los demás con mi conducta. Asumo plena responsabilidad por mis errores del pasado”, escribió el artista.
En su discurso frente al tribunal, confesó: “Perdí el rumbo. Me perdí en mi camino. Me perdí en las drogas y en los excesos. Mi caída tuvo sus raíces en mi egoísmo (…) Estaba completamente equivocado por poner mis manos sobre la mujer que amaba. Lo lamento y siempre lo lamentaré”.
Un año tras las rejas y una vida transformada
Combs describió su experiencia en el Metropolitan Detention Center de Brooklyn como un proceso de cambio profundo. “En el último año ha habido muchos momentos en los que quise rendirme. Hubo días en que pensé que estaría mejor muerto”, confesó ante el juez.
En su carta, aseguró que “el viejo yo murió en prisión y una nueva versión renació”, reiterando su deseo de tener “otra oportunidad” para ser mejor padre, hijo y líder en su comunidad. “No escribo esto para ganar simpatía o compasión; esta experiencia es simplemente la verdad de mi existencia y ha cambiado mi vida para siempre, y nunca volveré a cometer un crimen”, concluyó.
Una sentencia que marca un antes y un después
La condena de Combs envía un mensaje sobre la rendición de cuentas en la industria musical y la responsabilidad frente a las víctimas. Para muchos analistas, el caso no solo impacta la carrera del rapero, sino que también visibiliza las redes de explotación que aún operan en sectores de alto perfil.