Claudia Cardinale, la legendaria actriz italiana y una de las grandes musas del cine europeo, murió este martes a los 87 años en Nemours, cerca de París. La noticia la confirmó su representante, Laurent Savry, quien aseguró que la intérprete francoitaliana partió “junto a sus hijos”. Su legado incluye casi 150 películas y una huella imborrable en la historia del cine.
Nacida el 15 de abril de 1938 en Túnez, Claudia Cardinale —cuyo nombre real era Claude Joséphine Rose— inició su camino en el séptimo arte casi por accidente. A los 17 años, ganó el concurso de “La italiana más bella de Túnez” y asistió al Festival de Venecia, donde su presencia causó sensación.
Claudia Cardinale: de un destino inesperado a un ícono del cine
En sus primeras declaraciones reconoció que no soñaba con la actuación. “Era mi hermana la que soñaba con el cine, pero me insistieron tanto que mi padre terminó por aceptar”, confesó . Lo que inició con dudas se transformó en una de las trayectorias más sólidas y admiradas del cine europeo.
Su voz, inicialmente doblada por su acento, se convirtió en distintiva cuando Federico Fellini le pidió hablar con naturalidad en ‘8½’ (1963). Ese filme, junto con ‘El Gatopardo’ de Luchino Visconti, la consolidaron como un rostro imprescindible del cine de autor en Europa.
Una vida marcada por el dolor y musa eterna de directores
A los 19 años, Claudia Cardinale enfrentó una tragedia tras quedar embarazada producto de una violación. Dio a luz en secreto en Londres y presentó a su hijo Patrick como hermano menor durante años. Esa experiencia fortaleció su determinación de construir una vida independiente en la actuación.
Cardinale trabajó con directores como Visconti, Fellini, Sergio Leone y Blake Edwards, brillando en títulos como ‘Rocco y sus hermanos’ (1960), ‘La Pantera Rosa’ (1963) y ‘Érase una vez en el Oeste’ (1968). Su negativa a mudarse a Hollywood no frenó su reconocimiento mundial, convirtiéndose en un ícono del cine europeo.
De mirada intensa y cabello oscuro, supo reinventarse en cada papel, desde aristócratas sicilianas hasta heroínas del western. Su talento recibió premios como el León de Oro en Venecia (1993) y el Oso de Oro honorífico en Berlín (2002).
Lejos de las cirugías estéticas, defendió la integridad de las actrices jóvenes. “No acepten cualquier papel si sienten que las desvaloriza”, aconsejaba Claudia Cardinale. Su vida también estuvo marcada por un amor duradero con el director Pasquale Squitieri, con quien tuvo una hija y trabajó en varias películas.
Voz para la libertad y la dignidad
Claudia Cardinale fue Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO desde 1999, impulsando campañas a favor de los derechos de las mujeres y la educación en África del Norte y Medio Oriente. “La libertad ha sido siempre el hilo conductor de mi vida”, declaró en varias entrevistas.
En 2021, participó en su última película, ‘The Island of Forgiveness’, una coproducción tunecina que significó un retorno simbólico a sus raíces. Su papel en ‘Érase una vez en el Oeste’ es recordado como una de las actuaciones femeninas más complejas del spaghetti western.
El adiós a una leyenda inmortal
El Instituto Luce Cinecittà anunció un homenaje póstumo con una retrospectiva de su obra en Roma en 2025, incluyendo material inédito, entrevistas y archivos personales. Su partida marca el final de una era dorada del cine europeo, pero también la permanencia de un legado inspirador.
Claudia Cardinale no solo fue un rostro inolvidable, sino una voz coherente dentro y fuera de los sets. Hoy, el mundo despide a una artista que nunca buscó ser estrella, pero terminó iluminando la pantalla con una fuerza única.