El seleccionador de Ecuador, el argentino Gustavo Alfaro, presentó este jueves en Quito su libro titulado “Cazadores de utopías imposibles”, donde “desnuda” los momentos más íntimos del camino de la Tricolor para alcanzar su cuarta clasificación mundialista.
Alfaro explicó que el título de “Cazadores de utopías imposibles” lo tomó del discurso que dio en el Estadio Monumental de Guayaquil ante la afición ecuatoriana tras finalizar el partido contra Argentina, de la última jornada de las eliminatorias sudamericanas para Qatar 2022.
Sin embargo, viene de antes, de una expresión que usó un íntimo amigo suyo al plantearse el objetivo de llevar a Ecuador a la Copa del Mundo cuando lo único que pensaba al comenzar su trayectoria de entrenador era dirigir clubes en la primera división de Argentina.
“Luego empezaron toda esta clase de desafíos y utopías, y por más difíciles y complejas que parezcan, no quiere decir que no se puedan alcanzar”, afirmó Alfaro, que elogió a sus jugadores y a todo el personal de la selección que contribuyó a lograr la clasificación.
“Creo que estos jugadores son una definición exacta y elocuente de lo que es un verdadero cazador de utopías imposibles, de saber que lo imposible no existe. El título es un tributo a los jugadores”, añadió.
“Cuando uno se decide a soñar, el límite es el cielo. A mí nadie me va a decir que hay algo que no pueda conseguir. Va a ser muy difícil, pero como le digo a mis jugadores, todos los caminos cuesta abajo son más fáciles, pero ninguno lleva a la cumbre, y nosotros los que queremos es ir para la cumbre”, continuó.
El técnico argentino reconoció que “fue un desafío muy lindo escribir este libro -cuyo prologó escribió el seleccionador de Brasil, Tite- porque, honestamente, uno desnuda un poco la parte interna de este proceso que no se conoce”.
Así, Alfaro recordó el momento en el que Ecuador garantizó matemáticamente su clasificación a Qatar 2022, con una derrota ante Paraguay (3-1) que le dejó un sabor amargo y que no le permitió compartir la alegría que desprendía el resto del equipo por culpa de esa “extrema autocrítica”.
Ya al día siguiente, después de no haber dormido en toda la noche, hubo una nueva reunión con sus jugadores donde se derramaron lágrimas por el aprendizaje mutuo que durante las eliminatorias hubo entre cuerpo técnico y futbolistas.
No obstante, el seleccionador tuvo que volver a su ciudad natal de Rafaela (Argentina) para reecontrarse con sus orígenes y enfocarse ya en la Copa de Mundo.
“Tenía que volver a mis orígenes, a Rafaela, a visitar al cementerio a mis padres, a visitar mi familia y mis amigos, y recuperar mi ser emocional. Volví a Ecuador preparado para este desafío”, confesó Alfaro.
“Sé que estoy asumiendo un riesgo muy grande, porque me estoy enamorando demasiado de Ecuador, y es un peligro. Ahora me siento preparado para jugar la mejor Copa del Mundo de Ecuador”, dijo al borde de las lágrimas.
Sobre Tite, el técnico argentino reconoció que le une una “linda amistad” que surgió de manera espontánea a partir de la Copa América de 2021, y afirmó que profesa admiración por el seleccionador brasileño, porque “mientras los equipos de fútbol estén en manos como las de Tite, el fútbol está en buenas manos”.
El seleccionador de Ecuador contó que se animó a escribir este libro por insistencia de su familia. “Después del último partido ante Argentina (1-1) en Guayaquil, me reuní en un restaurante con mi familia, mi hija menor, Josefina me dijo: ‘papá ya no tienes excusa, ya tienes la historia'”, relató Alfaro.
En las primeras páginas resaltan varios periodistas amigos y el propio Tite: “El punto de partida fue en Rafaela, cuna de sus ilusiones. El desarrollo no le entregó las facilidades que genera un apellido ilustre. El lugar de llegada será Qatar, nada menos que un Mundial, su búsqueda inconsciente”. EFE