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María Clemencia Bravo, está segura que los restos que el sábado pasado se encontraron en la hacienda San José, ubicada en el recinto La Montañuela, del cantón El Empalme (Guayas), corresponden a sus hijas Gabriela y Anahí Vera Bravo, de 20 y 15 años, quienes desaparecieron el pasado 29 de abril. Aquel día, ellas salieron de su casa, ubicada en la cooperativa Atilio Vélez Aray, con destino al centro poblado de El Empalme a cambiar un teléfono celular.  

Gabriela se despidió con un beso de sus dos hijos, uno de dos años y el otro de cuatro meses.
Las horas pasaron y las hermanas Vera jamás regresaron a su vivienda.
La ausencia inusual de las jóvenes preocupó a su madre, quien no dudó en reportar su desaparición ante la Policía.
Siete meses después del hecho, el caso parece esclarecerse.
La mañana del sábado, trabajadores de la hacienda San José se alarmaron al encontrar, en medio de la tierra que araban, restos humanos (dos cráneos y varios huesos).
Cerca de las osamentas se hallaron prendas de vestir, que según María Clemencia Bravo, corresponden a las de sus hijas.
Además de un sostén, una blusa y una zapatilla, la progenitora de las jóvenes también encontró un anillo y un arete.
“El anillo tenía forma de estrella y el arete una cruz, eran de Gabriela, yo fui al lugar donde hallaron sus restos y empecé a buscar, ahí encontré la zapatilla, la ropa que usaban mis hijas y las joyas”, contó María Clemencia, quien exige que el causante  del crimen de sus hijas sea buscado y sentenciado.