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Los dueños de negocios ubicados entre el puente a desnivel de Tarqui hasta la J4 sobre la avenida 4 de Noviembre piden detener la invasión de personas alcohólicas en los espacios públicos.

Rita Vinces, propietaria de un almacén de repuestos de carros ubicado en este tramo de la 4 de Noviembre, dijo que la presencia de estas personas no solo en zonas regeneradas de esa avenida, sino hasta en los portales de algunos negocios, es una molestia insostenible y una fea imagen que contradice a la Manta turística.

En este tramo de vía el panorama es el mismo. Hay grupos de tres y cinco hombres de todas las edades tomando a toda hora, peleando y hasta incluso haciendo sus necesidades en plena vía pública, dijo Fátima Santana, quien vende flores en los bajos del puente de Tarqui.

Marcos Cedeño, otro comerciante que trabaja en los alrededores de ese puente, indicó que este problema social no es por falta de control.
Los municipales llegan a la zona y los sacan, pero luego los libadores vuelven, dijo.

Señaló que esperan que las familias de estas personas las ingresen en centros de rehabilitación porque corren peligro de muerte, ya sea por atropellamientos o por las peleas con cuchillo que enfrentan por un poco de licor, anotó.

A Joselyn Zamora, otra comerciante, le ha tocado escuchar obscenidades de todo tipo que repetidamente dicen los “borrachitos” a las mujeres que caminan por ese sector. “No son piropos, son groserías las que dicen”, anotó.  

Primitivo Laz, quien tiene un negocio de venta de bocaditos y legumbres en la 4 de Noviembre, dijo que cada vez hay más hombres bebiendo en el pequeño parque (antes miniterminal de buses) que  se adecuó junto con la regeneración de esa avenida.  
Hacen bulla, se pelean por el licor y toca escuchar las malas palabras que pronuncian, anotó.

Carlos Briones, subdirector municipal de Control Territorial, informó que realizan el control de los libadores, pero que no cuentan con personal suficiente para mantenerse las 24 horas en los sectores que ocupan estas personas.

Se está esperando una nueva ordenanza que permitirá incrementar más personal de control territorial para librar los espacios públicos de estas personas y de la insalubridad que generan los tomadores.
También se ha hecho contacto con familiares de estas personas para que las retiren y las rehabiliten, anotó.