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Las cirugías de cerebro y las de columna vertebral figuran entre las más delicadas en el campo quirúrgico, por las zonas del cuerpo humano que abordan.

El médico especializado en este tipo de intervenciones es el neurocirujano, y la neurocirugía ha venido evolucionando en el tratamiento de lesiones tumorales tanto a nivel cerebral como de la columna vertebral.

En esta línea, la cirugía mínimamente invasiva es parte de dicha evolución, por las ventajas que conlleva.

Claro está que esto requiere una alta especialización del neurocirujano.

El doctor Duval Darío Molina Chóez es un médico ecuatoriano especializado por ocho años en Neurocirugía y Cirugía de Columna Vertebral en la Universidad Autónoma de México (UNAM).

“En mi campo estoy realizando cirugías de mínima invasión tanto en cerebro como en columna. En cerebro, por ejemplo las cirugías de tumores de hipófisis a través de la nariz, con mínimos accesos para tumores cerebrales. Y en columna, la innovación principal es utilizar ciertas técnicas que evitan manipular la musculatura lumbar paravertebral, accediendo a través de pequeños orificios por el abdomen”, explicó.

Dichas técnicas le han valido reconocimientos en Argentina y República Dominicana, por parte de la Organización Internacional para la Investigación y Capacitación Médica, por sus aportes académicos, científicos y de innovación en cirugías de columna en Ecuador y toda la región andina.

“La aplicación de dichas técnicas en mi región aportando con esta innovación, es lo que me ha valido esos dos reconocimientos”, destacó Molina.

Así, en estas técnicas mínimamente invasivas, sólo tres especialistas en el país las dominan: uno en Cuenca, otro en Quito y el Dr. Duval Molina para la región Costa.

l Dr. Molina ha capacitado a cirujanos de Quito y Guayaquil.

El especialista en Manabí hace intervenciones quirúrgicas en el Hospital Santa Margarita y el Hospital del IESS en Portoviejo, como también en la Clínica del Sol en Manta.

“Menor manipulación” en cirugías con míniva invasión

Sobre la duración de una cirugía de cerebro, precisa que “dependiendo del tamaño del tumor, del compromiso de estructuras nerviosas y vasculares, puede ser de tres a cinco horas. Y una de columna a través del abdomen, de una a dos horas”.

Respecto de la efectividad, señala el Dr. Molina que “al acceder por ejemplo a un tumor de hipófisis a través de la nariz, tenemos una menor manipulación del cerebro, porque se llega directamente a la lesión. Hay que lidiar con estructuras delicadas, pero los resultados son mucho mejores en cuanto a la recuperación del paciente, porque no se está abriendo el cráneo”.

Y en las cirugías de columna, una de las cosas que más genera dolor es manipular la musculatura lumbar con los abordajes clásicos por vía posterior, pero si se hace a través de pequeñas incisiones por el abdomen, al paciente se le evita un dolor innecesario, explicó el especialista.

“Eso da una recuperación rápida, el paciente se va de alta a las 24 horas”, destacó Duval Molina.