El Gobierno de Ecuador lanzó este viernes un ultimátum a sus compatriotas residentes en Ucrania para que aborden el tercer y último vuelo de repatriación fletado por el Ejecutivo, que partirá el domingo por la noche con capacidad para transportar a 250 pasajeros y 40 mascotas.
Así lo anunció el ministro de Relaciones Exteriores, Juan Carlos Holguín, quien anticipó que la aeronave recogerá pasajeros en Varsovia y Budapest y hará una escala técnica en Madrid para repostar combustible antes de poner rumbo a Quito, donde se espera que aterrice el lunes 14 de marzo.
“Es nuestro último vuelo humanitario. Por favor, si estás tú o tu hijo o hija aún en zona de conflicto, esta es la última oportunidad de salir con seguridad. No la desperdicies”, escribió Holguín en redes sociales para los ecuatorianos residentes en Ucrania que aún se resisten a abandonar el país.
Entre los países de Latinoamérica, Ecuador tenía en Ucrania una de las comunidades más numerosas antes de que comenzara la invasión rusa, al registrar alrededor de 800 residentes, la mayoría de ellos estudiantes.
Hasta este jueves habían retornado a Ecuador 519 nacionales en dos vuelos de repatriación que llegaron a Quito el 4 y el 5 de marzo, respectivamente, mientras que un pequeño grupo de siete ecuatorianos y las esposas ucranianas de dos de ellos viajaron en un vuelo de repatriación dispuesto por el Gobierno de México.
Pese a que el Gobierno ecuatoriano esperaba tener la semana pasada ya a 700 compatriotas de vuelta en casa con dos vuelos de 350 pajeros de capacidad, hubo problemas para que abordaran todos las personas previstas, sobre todo por las normas internacionales sobre el transporte de mascotas.
Otros 255 ecuatorianos se encuentran ya fuera de la zona de conflicto bélico, la mayoría en Polonia y Hungría a la espera de este tercer vuelo de repatriación, pero hay otra parte que se niega a abandonar su país de residencia pese a la guerra.
Entre los últimos en salir de Ucrania hay un grupo de 7 ecuatorianos que se encontraba desde hacia varios días atrapado en Sumy, donde tuvieron que esperar un corredor humanitario dispuesto gracias a la coordinación de organismos internacionales como la Cruz Roja.
No obstante, aún hay ecuatorianos que no han tenido tanta suerte como el caso de Diego Moncayo, que se encuentra en la ciudad de Shostka, también del óblast (región) de Sumy, a donde llegó tras equivocarse de tren cuando buscaba huir de Kiev y aparecer en la frontera con Rusia, el epicentro del conflicto.