Ecuador analiza un canje de deuda ambiental para crear una nueva reserva en torno al archipiélago de Galápagos que amplíe las cotas a la pesca a través de una negociación entre todas las partes involucradas, aseguró a Efe el ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Gustavo Manrique.
“Sin duda alguna, estamos considerando evaluar un canje de deuda por la creación de una nueva reserva”, manifestó el titular de la cartera medioambiental al reconocer que, “efectivamente, hay una propuesta de un monto muy importante”.
La actual Reserva Marina de Galápagos es el centro de una iniciativa que enfrenta al sector pesquero ecuatoriano y a conservacionistas, que han propuesto un canje de deuda soberana de mil millones de dólares a cambio de ampliar en 312.000 kilómetros cuadrados la actual área protegida en torno al archipiélago.
SEGUNDA RESERVA MARINA DE LA REGIÓN. Ecuador tiene la segunda mayor reserva marina de la región, un área equivalente al 13,3% de las aguas de las zonas Económicas Exclusivas (ZEE), que comprenden 200 millas desde la costa.
La propuesta, que fue presentada al anterior Gobierno de Lenín Moreno y es negociada actualmente por el de Guillermo Lasso, tenía la pretensión inicial de ampliar el área protegida de los actuales 133.000 kilómetros cuadrados a 445.000.
“Cuando el Gobierno asumió la Administración, habían dos posiciones: una era 450.000 kilómetros cuadrados de reserva marina de los conservacionistas, y la de pesqueros e industriales era cero”, afirmó Manrique, ingeniero agrónomo y que fue presidente de los Premios Latinoamérica Verde en la Fundación del mismo nombre.
Pero cuando se acerca a los 90 días de gestión, el nuevo Ejecutivo ecuatoriano, comenta, ha logrado acercar posturas.
“Estamos en que los conservacionistas están proponiendo ciento y pico mil kilómetros y los pesqueros que dicen, estoy de acuerdo en que lleguemos a un acuerdo en proteger el corredor marino Galápagos, Coco (Costa Rica), Coiba (Panamá), Malpelo (Colombia)”, precisó.
Se trata del Corredor Marino del Pacífico Este Tropical (CMAR), que conforma una ruta migratoria de especies que no son objetivo de la pesca como tiburones, leones marinos, tortugas y ballenas.
El ministro ecuatoriano subrayó que el diálogo se fundamenta en el “consenso”, la “voluntad” y el “entendimiento de que es necesario” alcanzar un acuerdo con base en el convenio global 3030, según el cual, los países con acceso a las áreas marinas tengan el 30 % de sus áreas protegidas en 2030.
Al hilo del debate, el mes pasado el actor y ambientalista estadounidense Leonardo DiCaprio impulsó una petición para que los Gobiernos de Ecuador, Costa Rica, Colombia y Panamá se comprometan a proteger el Pacífico tropical, celebró el anuncio del último país de expandir su área marina protegida al 30 % y prometió destinar 43 millones de dólares para la conservación de Galápagos.
CANJE DE DEUDA POR NATURALEZA. Ecuador cerró 2020 con una deuda pública de 63.163 millones de dólares, lo que representaba entonces el 65,3 % del PIB, de acuerdo con datos del Ministerio de Finanzas.
El proyecto ambientalista promueve un canje de “deuda por naturaleza” y se basa en la compra de bonos de deuda 2030 de Ecuador con un 40 % aproximado de descuento en la amortización, lo que permitiría garantizar la supervisión del área marítima ampliada, de acuerdo con la propuesta planteada por una coalición de ONG, entre ellas la local Más Galápagos.
Esta incluye recursos para que la Armada ecuatoriana pueda patrullar y controlar una eventual zona ampliada protegida.
Manrique valoró que más que tratarse de un canje sería un “swap” o acuerdo de intercambio financiero sobre la deuda internacional adquirida por Ecuador, y que en esa línea se desarrollan las conversaciones para que, por ejemplo, “se duplique el plazo de pago y nos libere flujo”.
Por otra parte, los bonistas de este tipo de inversiones verdes ha asegurado al Gobierno que una proporción equivalente a alrededor del 30 % de la deuda quedará exenta de intereses en el marco de una solución financiera que parte de la creación de un fideicomiso a cambio de la protección de la reserva.
El responsable del Ambiente planteó que la creación de la nueva reserva marina impacta en la conservación, pero también en la parte social y económica e implica una millonaria inversión para el Estado ecuatoriano: “Es un nuevo hijo y hay que tener los recursos para llevarlo adelante”.
Pero al mismo tiempo expresó su optimismo respecto de unas conversaciones “en las que ya estamos de acuerdo en que tenemos que ampliar” y en las que se analiza “en cuánto, cómo y cuáles artes de pesca” quedarán vetadas.
Situadas a unos mil kilómetros de las costas continentales de Ecuador, las Islas Galápagos fueron declaradas en 1978 Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco, por su rica biodiversidad como semillero de especies únicas en el mundo.