La presidenta de Revolución Ciudadana (RC5), Luisa González, confirmó que la convención nacional del movimiento quedó suspendida debido a la consulta popular y al referéndum convocado por el presidente Daniel Noboa. El evento estaba planificado entre el 15 y 16 de noviembre en varias provincias.
Mediante un comunicado difundido en redes sociales, González señaló que la coincidencia con el calendario electoral del Consejo Nacional Electoral (CNE) obligó a aplazar la convención. La organización esperaba definir a su próximo líder.
Luisa González no buscará reelección
Durante una entrevista radial, Luisa González afirmó que no intentará mantener la presidencia del movimiento. “Yo espero que hayan nuevas voces también que vayan a liderar y a conducir a la Revolución Ciudadana. Yo me mantengo firme en mi postura de una oposición radical”, sostuvo la dirigente.
La declaración se viralizó en la red social X, donde la prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, reaccionó con cinco emoticones de gratitud. Esto generó lecturas políticas sobre una posible renovación en la estructura interna del correísmo.
¡Bomba política! Luisa González confirma que no buscará la reelección en Revolución Ciudadana
División en Revolución Ciudadana se profundiza
La Revolución Ciudadana atraviesa un momento crítico por la división interna de su dirigencia. Una carta publicada en julio por cinco autoridades electas evidenció el descontento con el liderazgo de Luisa González.
Los firmantes fueron los prefectos Marcela Aguiñaga (Guayas), Paola Pabón (Pichincha), Leonardo Orlando (Manabí), Juan Cristóbal Lloret (Azuay) y el alcalde de Quito, Pabel Muñoz. Todos coincidieron en que el movimiento perdió el rumbo político.
Correístas piden renovación profunda
En su comunicación dirigida a Rafael Correa, los dirigentes solicitaron una renovación profunda del movimiento. Argumentaron que la conducción de González no representaba el espíritu original de la Revolución Ciudadana.
El aplazamiento de la convención nacional deja en suspenso la elección de la nueva directiva. Sin embargo, el debate interno crece en medio de tensiones que podrían redefinir el futuro del correísmo en Ecuador.