La tarde del 26 de septiembre, en el recinto San Miguel, la actriz Mercedes Monserrate estrenará el monólogo ¿Qué vas a grabar en el corazón y en la roca?, una obra que busca concienciar sobre la importancia histórica y geológica de las siete cuevas del cantón Pichincha.
Una obra con mensaje geológico y cultural
El evento tendrá lugar en el recinto San Miguel, kilómetro 87 de la vía a Pichincha, perteneciente a la parroquia San Plácido de Portoviejo. La presentación de Monserrate pretende dar visibilidad a un tesoro natural que, según la actriz, aún no ha recibido el reconocimiento ni el estudio que merece en el Ecuador.
Monserrate sostiene que el cantón Pichincha posee un sistema de siete cuevas con un valor geológico e histórico incalculable. Estas formaciones naturales delinean la estructura profunda de la Tierra y constituyen un espejo de los procesos que moldean la historia del planeta y de la humanidad.
Cuevas como archivos del tiempo
De acuerdo con la intérprete, estas cavernas representan verdaderos archivos geológicos. Su composición y formaciones permiten comprender procesos milenarios, incluida la evidencia de que la zona fue, en tiempos remotos, un lecho marino. Este hallazgo científico podría ayudar a interpretar la evolución geológica del territorio y anticipar posibles cambios en el futuro.
Más allá de lo científico, la obra subraya que las cuevas son símbolos que trascienden lo físico. En ellas, sostiene Monserrate, se refleja la gran narrativa de la historia humana y la permanente transformación de la existencia. “Nada es estático, todo fluye”, recuerda la actriz al destacar el valor filosófico y cultural de este patrimonio.
Inspiración en referentes históricos y artísticos
La artista comparó las formaciones de Pichincha con la célebre cueva de Lascaux en Francia, considerada símbolo del arte rupestre y de la antigüedad humana. A su criterio, estas cuevas en Manabí representan para el Ecuador una oportunidad invaluable para comprender no solo el pasado geológico, sino también la herencia cultural.
En su reflexión, Monserrate relaciona este principio de cambio constante con episodios históricos como la Revolución Francesa o los procesos de independencia en distintos países. Según afirma, las cuevas evocan la enseñanza de que ningún sistema de poder ni etapa histórica son permanentes.
Un llamado a la conciencia ambiental
El monólogo también se convierte en un mensaje de responsabilidad individual y colectiva. Monserrate resalta que la existencia humana es tan finita como las formaciones que resguarda la naturaleza. Por ello, invita a valorar el presente y a reforzar el respeto hacia la Tierra.
“Las siete cuevas de Pichincha son un llamado a la conciencia. Más que formaciones geológicas, son aulas subterráneas que enseñan la fragilidad del tiempo y la urgencia de la conservación”, concluyó la artista al presentar la motivación de su obra.