El sector del transporte pesado en Ecuador enfrenta un nuevo desafío tras la eliminación del subsidio al diésel, dispuesta por el Decreto Ejecutivo 126. La medida, anunciada sorpresivamente, elevó el precio del combustible de 1,79 a 2,80 dólares por galón, generando un impacto económico significativo en los transportistas, según expresó Ángel Macías, presidente de la Federación Nacional de Cooperativas de Transporte Pesado de Ecuador (FENACOTRAPE), en una entrevista con Manavisión Plus. El gremio, compuesto por 3.000 socios, reclama soluciones urgentes para mitigar los efectos de esta decisión.
Un golpe económico inesperado
La eliminación del subsidio al diésel sorprendió al sector, ya que no fue consultado previamente, según indicó el dirigente transportista. “Nos levantamos con esta sorpresa del combustible de 1,79 a 2,80 dólares”, afirmó Macías en el espacio de Manavisión Plus. El aumento de un dólar por galón eleva los costos operativos de manera significativa. Por ejemplo, un viaje de Manta a Quito, que consume 150 galones, pasó de costar 265 dólares a 420 dólares. Similarmente, un trayecto de Manta a Guayaquil incrementó su costo de 130 a 210 dólares. Este impacto, según el dirigente, afecta directamente a los transportistas, quienes operan bajo la libre oferta y demanda, sin regulaciones estatales.
Macías explicó que el sector no puede absorber este incremento. “Ese recargo de un dólar por galón, nosotros no tenemos la capacidad de asumirlo”, señaló. La situación se agrava por la sobreoferta de vehículos y la baja demanda de trabajo, lo que reduce los ingresos de los transportistas. Además, el gremio enfrenta deudas por mantenimiento, repuestos y combustible, lo que llevó a que entre 800 y 1.000 vehículos de la federación permanecieran paralizados tras el anuncio.
Inseguridad y restricciones operativas
La inseguridad en las carreteras complica aún más la situación. Los transportistas enfrentan asaltos frecuentes, especialmente en rutas como la vía Santo Domingo-Quevedo, considerada la más peligrosa del país. “Hemos perdido vidas en las carreteras”, lamentó Macías, destacando que la delincuencia obliga a los conductores a operar solo entre las 5 de la mañana y las 8 de la noche. Esta restricción reduce la capacidad de realizar viajes nocturnos, afectando la logística 24-7 y generando retrasos en entregas, lo que incrementa costos y tiempos.
El aumento del IVA al 15%, implementado para financiar la seguridad, no ha resuelto estos problemas. “Apoyamos el incremento del 3% del IVA, pero la delincuencia todavía no se controla”, indicó Macías. Los transportistas exigen medidas efectivas para garantizar su seguridad y compensaciones que mitiguen el impacto económico de la eliminación del subsidio.
Protestas y diálogo con el gobierno
El descontento del sector se expresó en un plantón pacífico en la vía Manta-Rocafuerte, donde entre 200 y 300 vehículos se congregaron para rechazar la medida. “Hicimos un plantón pacífico en Manta, conversamos con las bases y el ministro de Transporte”, relató Macías. Aunque el gremio dialogó con el ministro Roberto Luque el sábado posterior al anuncio, las bases rechazaron la medida por considerarla inoportuna. “No era el momento de subir el combustible por el problema de la delincuencia”, afirmó el presidente de FENACOTRAPE.
El sector propone soluciones como la reducción de aranceles a repuestos y vehículos, similar a lo implementado en Perú, donde una llanta cuesta 150 dólares frente a los 250 dólares en Ecuador. También solicitan la devolución del IVA para aliviar costos. “Estamos haciendo un estudio con las bases para ver qué podemos hacer”, señaló Macías, subrayando la necesidad de medidas que no trasladen el incremento a la canasta básica.
El impacto en los precios de productos de primera necesidad es inevitable. Un camión que transporta verduras de Riobamba a Guayaquil o Manta enfrenta un aumento de 83 dólares por viaje, lo que podría elevar los costos de los productos en los mercados. “Si me pagaban 800 dólares por un flete, ahora serán 1.150 dólares”, explicó Macías, indicando que los comerciantes probablemente trasladarán estos costos a los consumidores.
Hacia una solución conjunta
Los transportistas insisten en que son la “columna vertebral” del país, movilizando alimentos, medicinas y bienes esenciales. Sin embargo, la eliminación del subsidio, sumada a la inseguridad y la falta de compensaciones, pone en riesgo su operatividad. “Somos gente de diálogo, de trabajo, de paz, pero las cosas deben planificarse”, enfatizó Macías, enviando un mensaje al presidente Daniel Noboa para que las medidas se trabajen en conjunto con el sector.
El gremio no descarta nuevas acciones si no se atienden sus demandas, aunque por ahora se reactivan gradualmente. “Ya estamos trabajando casi normalmente, pero esto recién comienza”, advirtió Macías. La federación espera que el gobierno implemente estrategias que eviten un aumento desmedido en los precios de la canasta básica y garanticen la sostenibilidad del transporte pesado.
La entrevista completa puede ser visualizada en las plataformas oficiales de Manavisión Plus.