La pesca artesanal ecuatoriana enfrenta una grave crisis. En los últimos años, cientos de embarcaciones han quedado varadas en los patios de las casas de los puertos pesqueros del país, especialmente en Manabí, Esmeraldas, Guayas y Santa Elena, debido al robo de motores, el endeudamiento impagable y la falta de apoyo estatal, lo que ha dejado a miles de pescadores en la quiebra.
Puertos pesqueros, cementerios de embarcaciones
En puertos de Manabí, como Manta, Jaramijó y San Mateo, hay embarcaciones que ya no pueden ser utilizadas. Estas naves fueron adquiridas con préstamos. Pero tras el robo de sus motores o la imposibilidad de seguir operando, quedaron abandonadas en los puertos. “La costa ecuatoriana se está convirtiendo en un cementerio de embarcaciones pesqueras artesanales”, señaló Carlos Carrión, secretario de la Asociación de Madres, Esposas y Familiares de Pescadores Desaparecidos y Detenidos en el exteior.
Los motores fuera de borda cuestan entre 9.000 y 10.000 dólares y son blanco constante de la delincuencia. A pesar de las denuncias, los robos no cesan. Solo en Manabí, se reportan semanalmente entre dos y cuatro casos.
Muchos pescadores artesanales adquirieron sus embarcaciones y motores mediante préstamos en cooperativas o bancos, pero tras ser víctimas de robos, se quedaron sin fuente de ingresos y con la deuda pendiente. Mientras tanto, el Estado ha condonado deudas agrícolas de hasta 5.000 dólares, pero no ha aplicado ningún plan similar para el sector pesquero.
Criris sin respuesta estatal
Desde el gobierno de Lenín Moreno, pasando por Guillermo Lasso y ahora bajo la nueva administración, no se han implementado políticas efectivas para garantizar la seguridad y sostenibilidad del sector pesquero artesanal. La falta de patrullaje marítimo, el incremento de los delitos en alta mar y el abandono institucional han generado un escenario crítico.
“Nuestros pescadores son los más afectados. Nadie los respalda”, denuncia Carrión. Además del robo, los hombres de mar, son captados por redes internacionales del narcotráfico. Allí son utilizados para transportar droga, lo que ha derivado en detenciones masivas fuera del país.
Pescadores detenidos en el exteriror
Solo en El Salvador, hay más de 150 ecuatorianos detenidos, principalmente de Manabí, por su presunta participación en el transporte de droga. A nivel regional, se estima que entre Centroamérica, México y Estados Unidos, habría cerca de 1.800 ecuatorianos encarcelados por causas similares.
Estos pescadores no son narcotraficantes, sino lo que se conoce como “mulas”, personas utilizadas para transportar la droga, dice Carrión. Sin embargo, reciben condenas que oscilan entre 13 y 15 años de prisión.
Según Carrión, algunos han sido repatriados tras cumplir sus sentencias. Otros siguen presos sin apoyo jurídico adecuado. En varios países, Ecuador no cuenta con representación consular efectiva, lo que complica aún más su situación legal.
Exigen plan de rescate para la pesca artesanal
Organizaciones pesqueras exigen al Gobierno un plan de rescate económico y de seguridad, que incluya la condonación de deudas, mayor patrullaje marítimo y apoyo institucional. También solicitan representación diplomática activa en los países donde hay ciudadanos detenidos.
Mientras tanto, los puertos del litoral continúan acumulando embarcaciones inservibles, y cada vez más pescadores se enfrentan al desempleo, la criminalización o la migración forzada hacia actividades ilegales.
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