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Obama departe con Bush sobre asuntos de Estado

El presidente saliente de EE.UU., George W. Bush, recibió hoy en la Casa Blanca a Barack Obama, con quien mantuvo un encuentro privado de alrededor de dos horas como parte del ritual de transferencia de poder. Obama, ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos el pasado martes, acudió a la cita en una limusina negra con cristales ahumados y acompañado por su esposa Michelle, poco después de aterrizar en Washington procedente de Chicago.

Lunes 10 Noviembre 2008 | 17:12

John Podesta, jefe del equipo de transición de Obama, acompañó a la pareja. Las dos hijas pequeñas de los Obama, Malia, de 10 años, y Sasha, de siete, se quedaron en Chicago para asistir al colegio, donde las despidió con un beso esta mañana su padre. Los próximos inquilinos de la Casa Blanca llegaron a la residencia oficial diez minutos antes de la hora prevista, las 19.00 GMT, y posaron para las cámaras unos breves instantes bajo un espléndido sol otoñal tras los saludos de rigor. El presidente electo se saltó ligeramente el protocolo al dar una palmada en la espalda a Bush en un gesto característico suyo. Michelle lució un llamativo vestido rojo para la ocasión, mientras que Laura Bush eligió un modelo más discreto marrón otoñal. Bush y Obama llevaban trajes oscuros y corbatas azul claro. Laura Bush enseñó a la joven abogada de Chicago los rincones más recónditos de la emblemática residencia oficial. Bush y su sucesor se enclaustraron en el Despacho Oval de la Casa Blanca, la sala en la que dentro de sólo unos meses Obama tomará importantes decisiones nacionales e internacionales. El contenido de la conversación es privado, aunque Bush adelantó la semana pasada que hablaría con Obama sobre la crisis económica, las guerras abiertas en Irak y Afganistán y la cumbre financiera del G20 que se celebra el sábado en la capital estadounidense. Obama culpó durante toda la campaña a las "políticas fallidas" de Bush de la catastrófica situación en el país y aseguró en un momento dado que cuando éste se vaya "el mundo dará un suspiro de alivio". Pese a esas declaraciones, hoy viajó a Washington en son de paz. "Voy a acudir (al encuentro) con espíritu bipartidista y el sentido de que tanto el presidente como varios líderes del Congreso reconocen la gravedad de la situación y quieren actuar", dijo Obama el viernes en Chicago. Bush se refirió la semana pasada a la victoria de Obama como un "triunfo de la historia americana" y pidió a los miembros de su gobierno que colaboren en todo lo posible con el equipo del demócrata durante la etapa de transición. Podesta, el jefe del equipo de transición de Obama, adelantó durante el fin de semana que el senador demócrata podría utilizar sus atribuciones ejecutivas para anular algunas de las políticas de Bush en temas como la investigación con células madre o las perforaciones petrolíferas. Obama había estado ya en la Casa Blanca, aunque hoy es la primera vez que se adentra en el mítico Despacho Oval. El demócrata, que venció el martes pasado por goleada a su rival republicano John McCain, recuerda en su libro autobiográfico "The Audacity of Hope" (La Audacia de la Esperanza) sus primeras impresiones de la Casa Blanca tras una visita en el 2004. "El interior de la Casa Blanca no tiene el interior luminoso que uno podría esperar por las películas o la televisión. Está bien mantenida pero desgastada. Es una casa grande y vieja en la que uno se imagina debe de haber corrientes durante las frías noches invernales", dice Obama en su libro de aquella primera visita.
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