El ex presidente de Ecuador ha relatado su experiencia como secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Unasur, creada en abril de 2007 con la idea de "unir fuerzas" para hacer frente a los retos del futuro. Borja ha indicado que propuso que Unasur integrase a todas las organizaciones de carácter subregional que existen en el continente para avanzar hacia una única entidad de carácter regional que englobase a todos los países latinoamericanos desde una perspectiva integral. Elaboró un texto constituyente en el que hizo hincapié en la necesidad de avanzar desde lo subregional a lo regional, pero, según ha explicado, se encontró con la resistencia de algunos dirigentes nacionales, lo que le llevó a abandonar su cargo. Rodrigo Borja se ha mostrado convencido de que los países latinoamericanos no necesitan nuevos foros para "multiplicar la retórica espumosa", sino una entidad "que haga las cosas, que impulse la integración como un instrumento de desarrollo económico, social y humano" de estos países y fortalezca su "inserción en los ámbitos internacionales". Del mismo modo, el presidente delegado del Parlamento Latinoamericano, el Parlatino, Ney Lopez de Souza, ha lamentado la ausencia de "voluntad política" para abordar una auténtica integración latinoamericana, por la que la institución a la que pertenece lleva 44 trabajando. López de Souza ha subrayado que la integración latinoamericana no debe seguir los parámetros de la Unión Europea y ha propuesto que el Foro de Biarritz designe una comisión para "impulsar la comunidad latinoamericana de naciones". En un tono más esperanzado se ha expresado el consejero de Relaciones Internacionales de la Presidencia de Brasil, Marco Aurelio García, quien ha indicado que se han producido "grandes avances" en esta materia y ha destacado que, aunque Brasil puede tener "tentaciones" de jugar por su cuenta un papel en el nuevo modelo de mundo "multipolar", su actual gobierno apuesta por unir sus fuerzas con el resto de países de Latinoamérica. Ha destacado las "cartas de triunfo" con las que cuenta el continente, como los recursos energéticos, minerales o alimentarios y también el camino recorrido hacia la profundización democrática de estos países, al tiempo que ha apostado por avanzar en una integración de naturaleza energética o de infraestructuras. Por su parte, el presidente del Senado de México, Gustavo Madero, ha opinado que la crisis económica y financiera redefinirá el mapa geopolítico mundial que hace más necesario aún apostar por la integración latinoamericana, ya que estos países "carecen de estrategias comunes" para hacer frente a la nueva situación. Madero ha apostado por no errar en el diagnóstico de las causas de la crisis para "no apagar los motores que han generado el crecimiento económico", ya que el colapso del sistema financiero ha llegado tras "el mayor periodo de crecimiento económico del mundo". También ha intervenido el ex ministro de Asuntos Exteriores de Bolivia, Gustavo Fernández, quien ha destacado que en Suramérica existen diferentes estrategias política y económicas, lo que constituye el "principal reto de la integración". En su opinión, la crisis marca el fin del ciclo del capitalismo financiero y coincide con el comienzo de una nueva época, en la que los Estados Unidos y China serán los "dos actores indispensables", lo que creará un nuevo eje del que queda fuera Latinoamérica y Europa, que tendrán que intensificar sus relaciones para hacer frente a dicha situación. La presidenta de la Comisión de Asuntos Exteriores de Bolivia, la senadora Rosario Green Macías, ha considerado que "urge" una convergencia de las entidades integracionistas, al tiempo que ha propuesto impulsar uniones sectoriales, ya que aún la región no está "preparada políticamente" para una confluencia integral. EFE