No se conoce a ciencia cierta la causa de este problema, pues las autoridades de la Dirección de Hidrocarburos no han emitido, hasta ahora, una versión oficial. Lo que se comenta en el medio es que la disminución del cupo a una de las envasadoras ocasionó una repentina escasez que, a su vez, dio origen a una ola especulativa del producto. También se comenta que la demanda de los vehículos que utilizan este combustible para movilizarse ha aumentado. Lo cierto es que todos los días, en todos los cantones, se forman filas de personas ante las puertas de las distribuidoras de gas, pugnando por conseguir un cilindro para satisfacer las necesidades en sus hogares. A esto hay que agregar que no en todos los locales se acepta cualquier cilindro, puesto que los hay de color amarillo y de color azul, que no tiene igual válvula, según denuncias emitidas por los compradores. Esto también ha traído como consecuencia el aumento injustificado de precios, en algunos casos. Ayer en Jaramijó se cobraba a 2,25 dólares el precio del cilindro, cuando el valor oficial es de 1,60 dólares. El mercado está lleno de rumores que agravan el problema porque originan una elevación repentina de la demanda. El gas licuado de petróleo para uso doméstico dejó hace mucho tiempo de ser un artículo suntuario y se convirtió en un producto elemental en los hogares. La mayoría lo utiliza como combustible para la preparación de alimentos. Es hora que las autoridades de Petrocomercial y la Dirección de Hidrocarburos den una versión que permita conocer cuánto durará el problema y, si es posible, tranquilicen a la población. También es necesario que se ejerza un control exhaustivo para evitar que la especulación siga afectando a los usuarios. "Evitar que la especulación siga afectando a los usuarios"