“Una larga agonía como la agonía de nuestro pueblo. Una larga agonía paragógica que lleva a la vida y no a la muerte. ¿Recuerdas cuando leíamos “Nuestro Pan” y aquel cuento antológico “El Malo”? 4. Y qué decir de Paco Delcasty, visitante a tiempo completo de nuestra casa, siempre vestida de humildad: “Que duro me va hacer cuando viaje por su provincia, descender un ómnibus y pisar las calles de Portoviejo; claro, Portoviejo está allí, no se ha movido, tiene las mismas cosas y las mismas calles; veré volar ese marco de golondrinas que dan el sabor exacto al agridulce aire portovejense, que hablan del perfumado olor de los tamarindos, pero, para mí, Portoviejo no puede ser la misma ciudad.” 5. Y la carta a doña Lila, mi madre, la costurera, de Raúl Clemente Huerta: “Raras veces se produce en un país varones de tan alta calidad humana como Horacio Hidrovo; y 6. Esta herencia humana y poética de tu hermano Vicente, el de la calle Colón, el de la estatura baja y la dimensión poética alta; 7. Finalmente, los versos de Jorge Pincay Coronel más que un dolor envuelto en papeles de distancias: “Capitán del silencio la noche negra avanza, tejiendo entre cristales tu sandalia de oro. El volcán y la nube desmayó su palabra y exequias infinitas del mar te canta solo. Silencio en las estrellas tu brújula anda loca y hay un sabor de cobre que nos acerca al polvo. Te dejo estas anotaciones cuando la vida casi no cambió, desde la esquina de la avenida Universitaria y Ramos Iduarte, lo que fue tu último sueño y una esperanza incierta. El saludo enredado de la gente, se ha vuelto parte de la vida cotidiana.