El próximo domingo, unos disfrutarán a plenitud junto a sus seres queridos, ubicando a su madre en un trono simbólico para destacar su presencia física y con flores y obsequios demostrar el cariño que se le tiene, no solamente ese día, sino, todos los días del año. Otros, los que ya no la tenemos –entre los que me incluyo- evocaremos su presencia en el pensamiento y derramaremos una lágrima junto a la tumba en que reposan sus restos mortales. Pero, en toda forma, todas las madres recibirán ese día el respectivo homenaje de sus hijos y de su descendencia. En escuelas, colegios e instituciones durante estos días se rendirá homenaje a las madres, inculcándose a estudiantes y asociados el amor maternal que es el lazo indisoluble y permanente que une al ser humano con quien le dio la vida, le dio ternura y le enseñó todo lo bueno que una madre le enseña a su hijo. No hay duda, que para el próximo domingo faltarán flores en el mundo para homenajear a la mujer que ha tenido la dicha de ser madre. Faltarán palabras para exaltar la dicha y felicidad que embarga a la descendencia tratando de manifestarse en presencia de su madre. Y no hay duda, que el de este domingo, será el beso más dulce y cariñoso que se dará a ese ser querido que es la madre y en cuyo homenaje pedimos que, aunque por este domingo once, queden de lado las discordias, los odios, los egoísmos. Hacemos votos entonces, que el próximo domingo sea un día de paz, de amistad y de amor. Sea un día en que la madre ocupe el primer nivel y que el homenaje a ella sintetice la unión familiar transmitida a la unión de los ecuatorianos en pos de un Ecuador mejor. Exteriorizamos desde este espacio nuestro especial homenaje a todas las madres. Felicidades anticipadas a todas ellas. "Demostrar cariño no sólo ese día, sino todos los días del año"