Actualizado hace: 938 días 11 horas 20 minutos
Enrique Delgado Coppiano
Control y manejo de las represas

Las represas de Poza Honda y La Esperanza son la mayor y más importante obra de infraestructura que hasta la presente tiene Manabí. Ellas son el banco de aguas con que cuenta la provincia para abastecer al sector más poblado de la misma, el centro, con sus poblaciones aledañas y las dos principales ciudades, Portoviejo y Manta. Si por alguna razón éstas llegaran a fallar en su calidad de reservorios del líquido elemento, sus efectos serían tremendamente negativos para toda la región.

Sábado 16 Febrero 2008 | 23:17

Ante una estación lluviosa intensa como la actual, muchos habitantes del cantón Bolívar, de Tosagua, y especialmente de las zonas de La Estancilla, Bachillero hacia el Humedal de La Segua, tienen visibles preocupaciones por lo que ya ocurrió entre los años 2001-02 cuando falló el vertedero de la represa de La Esperanza y en una crecida de las más grandes que se recuerda, la lámina de agua que sobrepasó el vertedero se convirtió en una tromba que llevó los niveles de inundación a cota nunca antes alcanzada, con un perjuicio del que todavía no se reponen el sector agropecuario y piscícola de la región. En aquellos días críticos, el colapso de uno de los bordes del vertedero, obstruyó en parte el cuenco amortiguador de la presa y en un momento dado, se aglomeró tal cantidad de los llamados “lechuguines”, lo que derivó en una presión del caudal de agua que podía en un instante socavar los cimientos de la propia presa. Dios y la naturaleza ayudaron y bajó la posibilidad del peligro con varios días en que se calmó la precipitación lluviosa. Pero el daño estaba hecho y las pérdidas fueron enormes. En los meses subsiguientes se logró reparar los daños señalados y se hizo un mantenimiento extensivo de la represa de La Esperanza e igual se hizo con la de Poza Honda, obras que realizó Corpecuador y en el transcurso de las reuniones conjuntas realizadas entre esta entidad y la CRM, se llegó a detectar que en los 10 años anteriores al suceso, el mantenimiento en ellas había sido casi nulo. Esto jamás puede repetirse. Hoy considero que hay mayor responsabilidad en los directivos de la CRM y a ellos llega la inquietud de evitar que se siga utilizando la corona de la presa de La Esperanza para el tránsito de vehículos de toda capacidad, y para evitarlo debe habilitarse en su totalidad el puente sobre el río Pechichal, al que faltan los accesos, e igual insistir en el mejoramiento de la vía que facilite el monitoreo permanente sobre tan vital e importante obra, control que a su vez tiene que tener la represa de Poza Honda, en forma imperativa.
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