Pretender adormecido por las musicalidades de sirenas con que arrulla la gloria y creer que se ha de descansar como un arco de triunfo y bajo el iris de la paz. Debatirse en constante aspiración e interminable lucha; ser a la vez fuerza y actor en la implacable mascarada del convivir humano, querer volar con la quimera y sentirse encadenado por la realidad. Soñar… luchar… y caer en la mitad de la jornada. Eso es la vida, y, sin embargo, a ella se aferra el hombre. Pero esta vida rebelde que no se hará como bajo un arco de triunfo ni siquiera bajo el iris de la paz ni de la veleidosa rebeldía de la naturaleza que nos inunda. Así es la vida y sin embargo a ella nos aferramos. El señor doctor Alberto Lara Cevallos ha fallecido. Le rendimos este minuto de paz en la senda gloriosa para afianzar nuestro futuro. El doctor Alberto Lara Cevallos, cumplió 82 años de edad. Fue casado con la señora Aura Zavala Orlando. Se graduó de odontólogo en 1951. Tuvo 5 hijos: Magdalena de los Ángeles, Carlos Alberto, César Enrique, José Joaquín y Aura Lara Zavala. Diputado al Congreso Nacional y Vicepresidente de la función interna de presupuesto; fue elegido Consejero de Manabí, Vicepresidente por dos períodos; Jefe Político del cantón Portoviejo por dos ocasiones; Jefe Provincial de Salud de Manabí; Profesor del colegio Olmedo y Portoviejo; Vicerrector por tres períodos; Gerente del Centro de Rehabilitación de Manabí; Director Provincial del Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo y Becas; ejerció las funciones de Comandante y Jefe del Cuerpo de Bomberos de Portoviejo; Gobernador de Manabí; Interventor municipal de Portoviejo. Ha ejercido con lucimiento la alcaldía del cantón Portoviejo y yo lo exalto como un ciudadano de grandes valores humanos y de honestidad acrisolada. Deseo expresar mi nota de pesar infinita para la Sra. Aura Zavala de Lara, dignísima esposa del decesado, para sus hijas e hijos, para sus hermanas y demás familiares mi plena solidaridad, la paz y el silencio tienen piedades de mármol y unciones de cruz. Sólo el silencio y la paz tienen aliento de eternidad.