Muchas ciudades manabitas lucen con orgullo la decoración natural que ofrecen los parques y parterres adornados con vistosas flores de tonos diversos y cuidado esmerado, entregando una presentación agradable a propios y extraños.
Es evidente la atención dada para su mantenimiento, constituyéndose en un referente a seguir en otras localidades, pues las necesidades son solucionadas con recursos propios y mediante colaboración institucional y personal.
En alguna ocasión se sugirió la creación de padrinazgos de obras para las ciudades, cuyo objetivo sería entregar responsabilidades a grupos sociales o de habitantes de diferentes sectores de las urbes para que se encarguen, previa coordinación y convenio con las municipalidades, del control y cuidado de, por ejemplo, las áreas verdes.
Para el efecto podrían reunirse los habitantes de un sector para el mantenimiento de un parque, parterre, cancha deportiva o para la siembra y mantenimiento de árboles en cierta área geográfica.
Igual pude hacerse con lo parques infantiles, muy escasos en las ciudades como Portoviejo, donde el ambiente y la mano enemiga de los antisociales destruyen todo, sin que pueda posteriormente llegar la rehabilitación por ausencia de dinero para las reparaciones.
Pero, sea con la modalidad de padrinazgo o simplemente como colaboración cívica de los habitantes, la participación ciudadana debería incrementarse en el cuidado de los bienes públicos; pues, así como se observa cuidados esmerados en ciertos lugares, igualmente existen casos criticables de desinterés por la protección de obras destinadas a mejorar las urbes.
Autoridades municipales y ciudadanos deberán efectuar una revisión de procedimientos para lograr una estrategia que sirva de nexo a la comunidad y sus gobernantes.
"Encontrar una
fórmula de
elaboración"