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Vanessa Rodríguez Egüez
Videofiestas COVID

Un amigo me contó que tuvo una fiesta con su familia por videoconferencia. Primero se contaron todas las penas y lloraron muchísimo. Luego alguien puso música, empezaron a bailar y bebieron hasta las dos de la mañana. Me lo contó porque estaba chuchaqui al día siguiente, cuando tuvo un videochat de trabajo conmigo. Me dijo que fue una linda y distinta manera de disfrutar a distancia con su familia.

Jueves 09 Abril 2020 | 04:00

 Un amigo me contó que tuvo una fiesta con su familia por videoconferencia.  Primero se contaron todas las penas y lloraron muchísimo. Luego alguien puso música, empezaron a bailar y bebieron hasta las dos de la mañana. Me lo contó porque estaba chuchaqui al día siguiente, cuando tuvo un videochat de trabajo conmigo. Me dijo que fue una linda y distinta manera de disfrutar a distancia con su familia.

Así como esa, he escuchado muchas historias de reuniones familiares, celebraciones de cumpleaños y citas con novios y karaokes de amigos por videochat.  Solo se necesita acordar la hora, la plataforma (WhatsApp, Zoom, Skype) y lo que cada uno tendrá para su propio consumo (cerveza, vino, gaseosa, agua). Llegado el momento, se encienden las cámaras, se abren las bebidas, se saluda y se celebra la alegría de estar vivos.  
Las fiestas por videochat son una de las novedades que nos deja el aislamiento social.  Recientemente hice una encuesta online en la que el 51% de las 337 personas participantes dijo haber tenido videochats por primera vez en su vida.  No crea que es cosa de adolescentes, porque la media de edad de los encuestados fue de 40 años. Además, mencionaron otras actividades que han hecho por primera vez o que han retomado. Les cuento: 
Hacer teletrabajo. Es decir, usar la tecnología para mantener reuniones con jefes o colegas.
Leer un libro. Muchos han tomado un libro por primera vez en mucho tiempo, o han retomado uno que tenían pendiente.
Preparar nuevas recetas o cocinar. Tengo una amiga que cada día llama a su hermana para que le indique cómo cocinar, porque nunca tuvo la necesidad ni el gusto de hacerlo.  
Hacer yoga, ejercicios, clases online. Confieso que esto es algo nuevo para mí.  Mi hermosa profesora de yoga decidió dar clases gratuitas por Instagram que quedan grabadas durante 24 horas y puedo unirme a ellas en cualquier momento. También recibo mis clases de portugués en línea.  ¡Legal!
Hacer manualidades.  A algunos les ha dado por pintar mandalas, zurcir ropa o tejer.  
Hacer un huerto. Esta es una idea maravillosa, incluso encontré a varios influencers que dan lecciones para hacer un mini huerto de ventana con los restos de zanahorias o aguacates. 
Dicen los expertos que el aburrimiento es un gran potenciador de la creatividad y en medio del necesario aislamiento por el que vivimos, tenemos una oportunidad de hacer cosas que normalmente posponemos por falta de tiempo.  Aproveche el aislamiento al máximo, especialmente si usted es uno de los afortunados que tiene salud, una casa confortable, amigos y acceso al internet.
 
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