Actualizado hace: 938 días 7 horas 46 minutos
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Salvoconducto y seguridad alimentaria
Por: Oswaldo Valarezo Cely
oswasldovalarezohotmail.com
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Debido a la pandemia que azota a la humanidad y la falta de vacuna y/o medicamentos apropiados, las autoridades exigen a la población rigurosas medidas cuarentenarias tratando de detener la velocidad e incremento del número de infectados y la disminución de casos fatales.
El brote inicial del coronavirus apareció en China a finales del 2019, actualmente está diseminado por todo el planeta. Este mal está dejando dramáticas lecciones como sucede con la provisión de alimentos para miles de millones de personas aisladas en un mundo paralizado. Ahora todos reconocemos la importancia vital de la agricultura y la ganadería , sectores tradicionalmente relegados por nuestros gobiernos.
La Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en estas crisis se preocupa de que los países apliquen los principios de Seguridad Alimentaria (1996), que “a nivel de individuo, hogar, nación y global se consigue cuando todas las personas en todo momento tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana”.
Ecuador, signatario de dicho acuerdo, incluyó en su Constitución (2008) el artículo 13 referente a que “las personas y colectividades tienen derecho al acceso seguro y permanente a alimentos sanos, suficientes y nutritivos; preferentemente producidos a nivel local y en correspondencia con sus diversas identidades y tradiciones culturales”
El Ministerio de Agricultura frente a la emergencia dispuso aplicar dichos preceptos en todo el territorio nacional. Para ello la producción agropecuaria no se paralizará durante el estado de excepción. Permitirá la movilización de los productores y el traslado de la producción a las procesadoras y mercados internos y externos, mediante la emisión de un salvoconducto para conductores de vehículos. Este documento obliga a los agentes de tránsito a facilitar, y no convertirse en extorsionadores u obstáculo, para que los alimentos primarios o con valor agregado lleguen oportunamente a los consumidores, y con ello evitar desabastecimientos y especulaciones.
Agricultores y ganaderos merecen también el aplauso ciudadano entregado a salubristas y fuerza pública por constituir la primera línea en esta peligrosa guerra biológica.
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