“Trabajamos con diferentes tipos, tanto análoga como IP, digamos que la diferencia es que la segunda tiene mejor resolución al momento de expandir la imagen”, explicó.

Señaló que los costos varían según la cantidad de pixeles de la cámara y su grabador. “La demanda cada vez es más alta. En enero del 2019 vendimos unos 6 mil dólares en estos productos y en este año fueron más de 8 mil dólares”, contó.

Los costos varían dependiendo de los tipos. Un kit de cuatro cámaras análogas cuesta desde los 330 dólares, en resolución HD 720, y aumenta entre 40 y 80 dólares por cada cámara que se adicione, dependiendo de la distancia que sea ubicada y el entorno. 

Mientras que las cuatro cámaras con tecnología IP cuestan desde los $550, y aumenta entre $70 y $110 por cada cámara adicional.

“Las cámaras generan alarmas, que dependiendo de la configuración podrían llegar al correo”, añadió.

 

 La implementación de cercos eléctricos y alarmas también aumentó. Henry Guillén, gerente de Soluciones Integrales, explicó que un cerramiento tiene electricidad de 110 voltios. “El ladrón no logrará pasar y no es que se va a quedar pegado, lo que hace es expulsarlo. Alguien quizás podría fallecer, pero sería por la caída”, indicó, al destacar que a este tipo de protección se le tiene que poner letreros de aviso.

“En una oportunidad un delincuente ingresó a una vivienda pensando que no tenía electricidad, y cayó de una altura de tres metros; se pegó en la cabeza. El hombre demandó a la señora porque el cerco no tenía letrero”, contó.
Aunque  estos dispositivos tienen demanda, los guardias de seguridad “no pasan de moda”. Carlos García, de Garman Security, dijo que pese a las ventas elevadas de esos productos, su negocio no se afecta. “Un guardia 24/7 para el Estado está en 3.200 dólares, para privados está en $2.800, estos valores se pueden renegociar si hay puntos de riesgos y con el estudio de seguridad”, explicó.